martes, 21 de octubre de 2008

A Wagon Called Dream

La capacidad humana para asombrarse es redundante (es asombrosa) y de igual forma lo es la capacidad del ismo para reaccionar ante situaciones insospechadas, un ejemplo de ésto es la organización social que se dió después del terremoto de 1985 en la Ciudad de la Esperanza (Cd.Mex o DF). Este no será un post sobre reclaaciones a nadie, criticas a tal o cual cosa, NO.

Este caso es extraordinario, a lo que anteriormente quedó establecido en este blog. Ésta vez es para exaltar mi cobardía y mi mala suerte en cuanto a las féminas se refiere. No es de extrañar que mi plan de vida sea el vislumbrar una muerte solitaria en compañía de algún perro que posiblemente no tendré.

En fin, retomando el objetivo de este post, les voy a plantear una situación poco probable y que no a muchos (salvo a Magog que me hizo conocedor de una situación semejante).

Agárrense.

Jueves de la semana pasada (16 de Octubre cumpleaños de Magog) me dirigía a la oficina, no me importa cuan mamón se oiga eso me hace sentir importante y con la capacidad de despilfarrar mis ingresos, tomé la ruta no panorámica (léase que me fuí en metro) a forma de recompensar mi tranquilidad espiritual, aquella que a uno le llega de repente y sólo se percata uno de la manera menos ortodoxa. En mi trayecto a los andenes no escuchaba más que una que otra nota perdída de A Space Age Love Song de A Flock of Seagulls, mi sorpresa se dió en el momento en que mis ojos se embarraron, si escribí ien y uds. no deliran palabras, MIS OJOS SE EMBARRARON con unos pequeños iris de color aceitunado enmarcados en un bello rostro que pecaba de ingenuo y al mismo tiempo denotaa una melacolía que termino por destrozarme la vista. La expresión anterior se debe a que estaa realizando un paseo por los rostros de la gente que viajaba en el mismo vagón cuando sin previo aviso ni señalización alguna mi vista se destrozó frente a ese rostro tan bello y enigmático, claramente pude escuchar un chirrido de llantas y el crugir de metales sobre la canción antes mencionada, y por el hecho de que viajaba debajo del nivel ordiario de la ciudad sería poco probable que proviniera de un siniestro automotriz, en tal cas sería el tren quese descarrilaba para dar final a mi pusilánime ilusión.

Paswaban las estaciones, que no son muchas, y no podía dejar de intentar adentrarme en esos espejos de melancolía que se encontraban frente a mi, quería indagar en lo profundo de su alma, saber que es lo que estaba pensando en ese preciso momeno; mis intentos fueron inútile y la creencia de tener capacidades psíquicas se desvanecieron. Entonces recordé que soy un poco más sensato en lo que escrio qe en lo que hablo, así que me arme de un papel morado, una pluma fuente y mucho, pero much valor y comenzé a extraer palabras que antaño había aprendido, rezagos de una educación institutiva y por ocio (la lectura).

Pude conjurar un pequeño verso ue rezaba: "Son luceros guardianes de una melancolía armónica y un anhelo desconocido, tus ojos" firmado cobardemente con mi seudónimo (SZ). Mi idea era entregárselo dos segundos antes de llegar a mi destino y perderme en la magnitud de ésta ciudad, entre rostros desconocidos. Sin embargo fue la mala broma del destino (bueno, tal vez una fuerza mayor, no se igual y fue mi pinche mala suerte)aquel hermoso rostro de ojos melancólicos e ingenuos se perdió entre rostros desconocidos, pues se bajo una estación antes que yo.

No pude hacer más que esbozar una sonrisa de amarga ironía y guardar el papel en la cartera junto con la idea de que tal vez, en un universo paralelo a éste entregué ese verso y descifré el misterio de aquellos aceitunados luceros más detalladamente.

SZ

lunes, 6 de octubre de 2008

Carta Repudio

A quien corresponda:

El motivo de la presente es para expresar el repudio, por parte de los alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, a los actos intimidatorios perpetrados por miembros del Estado Mayor Presidencial contra nuestros compañeros Andrés Leonardo Gómez Emilsson y Marco Virgilio Jiménez Santiago. Esto sólo nos hace pensar en la conformación de un clima de represión a las protestas sociales que está generando el Gobierno Federal, que ha utilizado la fuerza legitimándose en campañas manipulatorias con pretexto de solventar los actos de violencia ejercidos en contra de la población, con la finalidad evidente de instaurar un Estado policiaco para el sometimiento del mismo pueblo. Aunado a lo anterior se percibe el temor por parte de los así llamados dirigentes de la nación por que la gente se dé cuenta de que el poder yace en ellos mismos y nadie tiene el derecho de suprimir sus libertades, como sucede con el poder de expresar nuestra disensión con respecto a cualquier asunto que nos concierna e involucre. Libertades democráticas por las que se manifestaron los jóvenes estudiantes de hace 40 años y que aún son mínimas.

De esta forma no sólo los jóvenes, sino las demás generaciones, hemos visto atropellar nuestros derechos más básicos como lo son el Derecho a la Educación, el Derecho al Trabajo y el Derecho a la Vida Digna. Las violaciones de estos derechos se suscitan de manera cotidiana y las autoridades sólo han sabido pasarlas por alto; de igual forma se presentan las detenciones arbitrarias, de las que los recientes acontecimientos son sólo una muestra. El hecho de que presidencia decidiera no presentar cargos en contra de nuestros compañeros no es una muestra de benevolencia como así quieren presentarlo, es sólo una advertencia de lo que el gobierno depara a la oposición; advertencia que se ha convertido en sentencia para los presos políticos del país.

Es evidente, como se menciona anteriormente, el objetivo de militarizar el país que las personas en el poder impulsan. Lamentablemente no ha detenido los actos de violencia, por el contrario los han alentado, puesto que es bien sabido que aquél que por la espada vive, por la espada muere. Lo que necesitamos no es seguridad en términos militares y policiacos, sino seguridad en un sentido político y social, que garantice: salud, alimento, vestido, educación y sobre todas las cosas una vida digna.

Somos muchos los que seguiremos proclamando nuestra hambre de justicia, queda en suspenso la respuesta del gobierno.

Alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México

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