jueves, 18 de septiembre de 2008

Beautiful things happens at the unexpected hours

Fiestas patrias. Intrigantes palabras y enigmáticas celebraciones que le coresponden a todo país que fue gobernado por alguien a quien no agradaba al pueblo, dígase Monarcas, Tiranos, Otros Gobiernos (en el caso de paises coloniales como el nuestro) y demás ejemplos del desagrado del pueblo. Lo curioso es que durante varios años la fecha pasó desapercibida y poco después no tenía la magnitud que hoy día, debido a que al ser un festejo meramente civil y tal vez militar (no he indagado lo suficiente en los gobierno pre- porfiristas y no tengo muchas ganas de hacerlo) simplemente era un festejo más donde, hasta la fecha, se daba el día libre a los trabajadores y escolares; sin embargo la falta de ánimo en el pueblo y sus gobernantes, que era lo cotidiano, provocó que nuestro afrancesado presidente y dictador el Sr. Porfirio Díaz dijo* como buen fiestero - Vamos a hacer algo grande pa´festejar mi cumpleaños...¿Qué tal si declaramos fiesta nacional mi cumpleaños?- pero la lógica de todo buen vicepresidente es el de darle un zape por idiota y hacerle saber que si el natalicio de un presidente se hace fiesta nacional estaríamos entrando en una mala administración, por que si bien no todo el pueblo lo entenderían, aquellos que lo hagan podrían levantarse en su contra y declararle incompetente por su vanidad (ahora que pensándolo bien estaría muy agusto que mi cumpleaños fuera fiesta nacional, imagínense la cantidad de estupefacientes que ... cirrrrrrrrrrrrrrcuuuuuuuuuuulaaaaaarían....................................................................................................) Pero el pueblo no reclama algo que les comparten mucho menos alguna fiesta (Al pueblo con pan y circo), ahora que si la escusa es hincha el pecho y proclamar que podenmos ser independientes y presumir de ello no hay ningún motivo por el cual rechazar semejante festejo; si nos festejan lo que queremos no nos importa lo que realmente quieran hacer los demás.

Siguiendo con la idea original (que perdí hace como tres horas), el hecho es que haciendo caso del festejo de natalicio disfrazado de celebración de independencia, me dispuse en un principio a ir al "establo de México" a festejar con el ganado correspondiente y el valiente Magog quería aventurarse en lugares olvidados de la mano de dios, lo cual preparamos el sábado 13 después de estar discutiendo a el "Gabo" y jugar Bridge con las señoras del pedregal que festejaban su ascenso entre la socialite por obtener un año más de sabiduría (traducción: después de haber salido tambaleándonos de la fiesta de cumpleaños de Frida en casa de Luis), sin embargo conforme recuperábamos la capacidad de percibir el tiempo y el espacio lo más cercano a la realidad decidimos que no era muy sabio adentrarse en parajes tan inhóspitos como Puebluca (aka Toluca), así que acordamos quedarno en la ciudad de la esperanza para lo que el buen Magog me informó que una posibilidad sería el hormiguero de los coyotes (aka el Centro de Coyoacán el 15 de Septiembre, los reto a que pasen por la calle de Carrillo Puerto a más de 1 Km/siglo o que en menos de dos sexenios caminen de la iglesia a cualquier otro punto menos congestionado, ya una rete-fácil, intenten ver el suelo sin tocar a nadie) en compañía de la Barbie (Q), a lo que yo no tuve más que resignarme y esperar una intervención del DIOS TODOPODEROSO DE LAS BACANALES (Baco para los que se sienten historiadores de las "chestas" y también para los imbéciles que no saben lo que es una bacanal), el cual oyó mis súplicas mudas. El buen Magog me comunicó que había un refugio para los creyentes del DIOS DE LA VID (también Baco y no el de los broches que les pedían en la secundaria cabe aclarar), pero (favor de colocar el lado superior de su mano izquierda, no la palma, sobre su frente e inclinar hacia atrás, en un sólo movimiento, al mismo tiempo que exclama lo siguiente, exclusivamente lo que está entre los signos de admiración y no el resto del post), ¡Oh!, infatuo destino se burló de nosotro los hambrientos por las tertulias ya que se me comunicó que se había cancelado aquel evento salvador no sin después compensarnos con una invitación (en realidad sólo era para Magog yo me adherí como espécimen ventoso, pero al llegar justifiqué mi atrevimiento con una botella de tequila con la que tenía una revancha pendiente) poor parte de Ana y Ernesto a su nueva residencia a unos metros del menumento a la Revolución. Una vez en la residencia se propuso por parte del DJ Vampyr que en alguún momento de la noche deberíamos pasear por las calles llenas de gente y ambiente de fiesta, propuesta que murió rápida e indoloramente al injerir nuestras bebidad espirituosas y platicar entre otras cosas de las relaciones extraoficiales del Sr.Presidente de año nuevo y su Srita. Secretaria, provocadas por la sabiduría del Viceprecidente, y alguno que otro tema incómodo pero apostable (je, je). Al pasar la noche y secarse nuestras gargantas así como vaciarse nuestros estómagos se hizo un concenso para mandar al DJ Vampyr acompañado por Magog en pos del glorioso maná que llenaría nuestros cuerpos de felicidad; mientras tanto yo me atreví a enjugar mis labios con el limpiador de almas que acompañaba a la causa de mi justa (era una botella cuyo líquido azul parecía limpiador de vidrios que me vino con el tequila) a la par que los demás retrocedían temerosamente de aquel elixir. Fue el tempo, la curiosidad y la falta de fermento de cebada lo que venció el miedo de mis compañeros a probar aquel limpiador...de almas. Así el tiempo continuaba y nuestros saciadores de buena voluntad se extinguían. Súbitamente nuestros aventureros regresaron con lo que para nosotros era el santo grial (unas tostadas) que consiguieron en los dominios de algud cid de la región (algún pudiente que rento la mitad de la plaza de la revolución para celebrar con sus cuates). Tras saciar nuestro apetito continuabos con el festejo de nuestra estancia.

He aquí que lo sucedido se tornó ecléctico ya que no pude distinguir entre lo que fué y lo que quize que fuera. A pesar de mi confusión no pude más que gozar mis ensoñaciones y disipar cualquier recato que me impidiera sentir la felicidad inundando de manera inesperada mi ya casi yerta alma. Me ilusioné con lo que soñé mas no me atrevo a realizar lo que esperé.






*Supongo yo.
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