miércoles, 30 de diciembre de 2009

Vestidos en el suelo

Saliste del probador portando un vestido morado eléctrico, que acentuaba la blancura de tu tez y enmarcaba de manera impensable a tus ojos, que siempre han resultado de mi adoración, tu sonrisa me cautivaba. Toda tu pusiste mi sangre a circular de manera tan rápida que la temperatura de mi cuerpo se elevaba a la par con los deseos de abalanzarme sobre ti.

Quise tirar las cosas y atraparte contra la pared, recorrer lentamente tu piel con mis dedos, apreciar la tersura de tu ser con mis labios y disfrutar del aroma de tu cuerpo, sin embargo el epicentro de mi placer resultaría ser tu cuello el cual deseaba morder con paciencia y ternura para disfrutar el estremecer de todo tu cuerpo.

Besar apaciguadamente tu espalda en espera de nuevas sensaciones tuyas, seguir el camino de la verticalidad de tu figura y recorrer tus piernas de manera segura y apretando gentilmente su firmeza, deteniéndome sólo con el contacto de tus calcetines rosas.

Descansar en tu hombro por dos segundos para poder recuperar el aliento y poder continuar embelezándome con tu cuerpo. Mordería tu nuca mientras mis dedos acariciarían el vestido en busca de una oportunidad para retirarlo, recorrerían con veneración el cierre y lo dejarían deslizarse con suavidad hasta llegar al suelo, descubriendo así la totalidad de tu bella desnudez...

Saliste del probador con un vestido morado eléctrico y no pude hacer más que mascullar palabras para decirte lo bien que se te veía.

XRZ

jueves, 24 de diciembre de 2009

Domicilio prestado, sentimiento propio (¿Cuento Navideño?)

Con la noche filtrándose por el ventanal de un cuarto piso, me disponía a recibir la fiesta de natividad en compañía de mi sombra. Un Pollo horneado y cubierto de hojuelas de maíz y un poco de pasta con salsa de chipotle cumplieron el requisito gastronómico de esta fecha. Enmarcado por un ámbito de melancolía tuve mi cena de navidad, a la que asistieron puntualmente los recuerdos y anhelos de mi vida.

Conversé conmigo mismo por largos ratos de silencio y degustaba la comida de manera imperceptible, la luna se asomaba de media cara para iluminar mi completa soledad. Entre tanto bullicio por la ausencia de cordura una melodía luchaba contra el tiempo para no extinguirse.



Entonces pude apreciar la belleza de mi ridiculez, levanté la copa de vino y brinde de manera alegre:
-¡Felíz Navidad Sergio! ¡Felíz Cursifiesta!-
Apuré la copa y descansé en el sillón. Seguí recordando y anhelando. Seguí siendo un elemento principal de aquella imagen decadente y desesperanzadora. Seguí siendo yo.

Cansado de tanto festejo en la cena y el brindis me retiré a la cama, intenté ahogarme en la almohada y al ver que fallaba decidí dormir y esperar a que, ya fuese Santa Claus o el niño Jesús (según su tradición), trajera un poco de felicidad y compañía a mi patético festejo de natividad.

martes, 15 de diciembre de 2009

Ma framboise

"Tu boca es mi perdición,quiero perderme."
Christina Rosenvinge

Te escondiste detrás de esos besos tímidos y abrazos inseguros de serlo. No sabías que hacer, me veías calladamente pensando en no sé que. Te resguardaste en la sonrisa que me cautivaba y emprendiste una búsqueda de un pasado vivo. De entre la bastedad del pasado apreciaste el brillo de una atracción perdida, de una motivación herida. Encontré en el brillo de tus pupilas una mirada que logró nuevamente estremecer todo mi ser.

Exclamaste un gusto por mis delgados labios, mi sarcasmo y mi voz, mientras yo me perdía en el sabor de tus senos y adivinaba el aroma a frambuesas en tu piel. Te recostaste en mi pecho para poder escuchar los bombeos del corazón e imitar el ritmo de mi respiración. Tu cabello revuelto enmarco lo profundo de tus ojos color de miel bronceada y entonces supe de mi fascinación por tu beldad.

La mañana lentamente y resignada al paso del tiempo llegó a nuestra ventana. Entendí que la relación iba ser compuesta por despedidas y reencuentros.

martes, 1 de diciembre de 2009

Alegría Estelar o ¿Estrellita mi Alegría?

La luna guardaba discretamente el silencio, el aire de la noche resultaba ominoso. Estábamos de nuevo en el carro, estábamos de nuevo dispuestos a divertirnos, a disfrutar la noche como si el amanecer no fuera a llegar, como si fuera el fin de la existencia; queríamos reventar el mundo y proclamar que pese a todo somos reconstruibles. Maggog, Red-O, Ruy, Ikeratto y Xudi.

'He aquí el relato de cinco jóvenes que nunca van a poder olvidar lo ocurrido aquella noche.'

Empezamos resolviendo un conflicto espacio temporal y tuvimos que retroceder más de dos décadas en la historia para que Ikeratto pudiera existir entre nosotros, así que fuimos al año de 1986 y batallamos contra una confabulación para eviar su nacimiento, regresamos cuando The Cult Heros decidian que no iban a llegar lejos con ese nombre, cuando saúl hernandez comenzaba a escuchar una cosa llamada brit pop, cuando los punks eran punks y no muñequitas manufacturadas por las grandes empresas de ropa y música, cuando el house era despreciado y sólo se oía en bunkers o almacénes; regresamos a una época donde lo efímero y exageradamente falso reinaba como tendencia popular, donde los colores brillantes resaltaban la decadente sociedad en la que éste país estaba inmerso. Regresamos a los ochenta.

Una vez alterada la línea de continuidad espaco temporal, por nuestra incidencia regresamos a ésta época solo para darnos cuenta de que había una reconsideración de la moda de aquellos años. No parecía nada normal e inclusive llegué a pensar que habíamos alterado de manera irremediable los sucesos que cambiaron drásticamente los contextos histórico-sociales que marcaron a la historia "universal".

Nos encontrábamos en un lugar pequeño y en el escenario dos seres bastante extraños, un hombre sin cabello en la cabeza y gafas hacía extraños sonidos con una cajita negra, pensamos que era un sintetizador y acertamos; sin embargo no pudimos estar preparados para lo que habríamos de averigua con el segundo especimen, era un andrógino (al estilo David Bowie, pero en una versión castellanizada a más no poder tal y como Gloria Trevi en sus dudosos pininos) que de manera indiscriminada mataba al silencio con estrendosos alaridos y distorciones en las ondas de sonido, pero mantenía un ritmo casi armonioso.

Mientras tanto Maggog entablaba conversación con lo que parecían unos jóvenes oriundos de éste universo paralelo y resultaron ser dos humanoides bicentenales que habían alquilado el cuerpo e dos jóvenes humanos para convivir (pude darme cuenta de su edad por la incapacidad de realizar movimientos bruscos, como bailar, y su inexpresividad, no se divertían pero tampoco hacían el más mínimo esfuerzo). Se hacían llamar N-Ri y A-lx, creo sinceramente no repare en memorizarme su número de serie.

Pronto averiguaríamos que Ruy, en ésta versión distorsionada de la realidad, era el vocalista de una banda que podría matar de una apoplejía a Abraham Stoker, pues se hacían llamar Los Dragulas y vestían ajuares de novia, capas de luchador mexicano, antifaces de historietas y senos inflables. Pareciera que la fama era su acompañante pues el lugar pronto se abarrotó de seguidores. Entre canciones nos olvidamos de donde o cuando nos encontrábamos y nos dispusimos a disfrutar los momentos, pues no teníamos certeza de que por nuestras acciones por el viaje en el tiempo se creara una crisis del multiverso y dejáramos de existir de un momento a otro.

Red-O se dispuso indagar los insumos de éste universo y se dirijió a lo que llamaremos barra de bar, después de unos segundos de observación pidió las bebidas que todos consumían; por razones de seguridad Ikeratto vigilaba la retaguardia del valiente catador. Una vez asegurada la no toxicidad de la bebida dispuso unas cuantas botellas para todos.

Por mi parte, observaba el comportamiento de los sujetos ahí presentes. Reparaba en detalles muy peculiares: su forma de bailar, de cantar, de corear, y de alarir confesiones. Súbitamente Ruy Cometa declaró al público, después de una lluvia de aplausos:

-Gracias. La siguiente ... la siguiente canción es muy especial. Es muy especial por que tiene dedicatoria. ¡Sergio se la dedica a Cerise! Ésto es "La Maldición"-

Al mencionar el nombre me señaló, como si yo fuese el dueño de aquel nominativo. Yo no era tal persona, nunca se habían referido a mi persona de esa forma, sabía que era Xudi, Xudi Ra Zaana. No reparé mucho en el detalle y busqué a la llamada Cerise, sólo para encontrarme con un rostro bellamente coloreado por las luces del lugar; sin embargo mantuve la distancia para no alterar de nueva cuenta este universo.

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