lunes, 9 de mayo de 2011

Martha Beatriz

Te levantas antes que el mismo amanacer y vas en pos de algo que te mantenga entretenida, a veces es la costumbre, a veces es lo extraordinario, pero siempre has de estar en pie desde temprano. No importa el frío, la lluvia o la niebla. En ocasiones creo ancestral esta carrera que tienes ante el mundo, saber que trinfante sales en cada ocasión ha de llenarte de orgullo y fatiga.
Cuidas de tus animales como los únicos acompañantes y confidentes que te quedan, apartada de tus engendrados, separada de tu pareja por la muerte misma. Herida de por vida, lastimada y silenciosa, ejemplo de la mujer mexicana: callada y abnegada, sufriendo en silencio y esperando que la fé resuelva tus penares y calme tus angustias. Vanagloriada por tus hijos en este día y olvidada ante la saludable costumbre.
Dévota hasta la muerte y fiel a tus peregrinaciones hasta que te fué permitido, entrometida en todo evento de tu casa y mordaz crítica de o que no te resultaba fácil de asimilar. Necia como todo tu linaje y obstinada como nadie a tus costumbres.
Para ti no hay nada más allá de lo que no logras comprender, para ti no hay complejidades en esta vida, solo una causa y un efecto divino que conforta tu mundo. Una vida dramática que se extiende por toda tu casa y que hemos protagonizado cada uno de sus miembros.
Hoy es el amanecer quien te gana. Hoy tu monótona vida a sido transgredida y tu saludable costumbre es amedrentada. Hoy la carrera ha cesado y resultas tu la vencida por el sol, la lluvia, el frío y la niebla. Hoy estas presente en el pensamiento diario de tu casa, de tus hijo e inclusive de algunos de tus nietos. Has dejado tu falda, faja y blusón por una bata azul sin sentido. Ya no hilas a la sombra de un "pirul". Ya no tejes lana frente a tu casa, sentada e el pasto y siendo acariciada por la luz de la tarde. No más atole champurrado hecho con tus curtidas manos. El maíz se ha guardado en el tapanco y no se desgrana más.
¿Qué haces hoy en una cama? ¿Qué haces hoy enferma? ¿Será acaso que deseas descansar un momento?¿Será que tanta carrera te ha fatigado?¿Qué haces hoy resentida por malestares?¿Qué haces hoy con cáncer?¿Qué haces hoy en una cama? ¡LEVÁNTATE YA!¡LEVAÁNTATE POR FAVOR!
Es acaso que te ha fastidiado esta vida maltrecha. Es acaso que estas cansada de ser mártir de tu propia historia. Será que has desfallecido ante tanto sufrir.
Dime pues que es lo que te impide levantarte de esa cama y salir a tomar el sol siquiera. Déjame ver ese brillo en tus ojos al contemplar a tus nietas, las más jóvenes. Regálame un cinto hecho de tu lana tan pacientemente tejida. Hazme un champurrado, por favor. Transforma estas lágrimas de preocupación por unas lágrimas de gozo. Permíteme festejar con tus hijos un día de las madres más y calmar las angustias de tu descendencia.

Quiero verte en paz.

Ntehni.

lunes, 3 de enero de 2011

Aviso (in)oportuno

solicita pareja femenina (novia).

Ofrezco: comprensión sentimental, emociones varias, detalles cursis, satisfacción sexual, gestos elegantes, salidas aventureras, tolerancia a dramas, enojos pasajeros, riesgos imprudentes, servicio 24/7, respeto a vida privada, crítica mínima, pocos comentarios referentes a las amigas, ayuda al autoestima (cuando pregunten talla se responderá con enunciados aprobados por Yordi Rosado y Gabriela Vargas, sugeridos por Paulo Cohelo), sensualidad, poca probabilidad de "viernes decadente", presencia en eventos familiares, no causar vergüenza ante la familia, respeto a la religón familiar, comunicación discreta de ideología y pensamientos, entretenimiento multimedia, pagar boletos de cine, aparentar no ser tacaño, aguantar el color rosa y variedad de colores pastel, sufrir mudamente los gustos varios (musicales, literarios, fílmicos, modas, manías, opinión, etc.), objetividad, disposición a doblegar la objetividad a su favor, evitar plantones, cancelaciones de último minuto y reporte (si es requerido) secuencial de acciones del día, actividades gastronómicas (esto es que cocine o intente cocinar algún platillo).

Requisitos:

Experiencia en manejo de armas clasificadas y defensa personal,conocimiento de primeros auxilios, con actividad laboral, Licenciatura en curso o concluida, disposición a eventualmente no hacer lo que ella quiera, tolerancia para las amistades, buena presentación, gustar de las luchas, omitir expresiones denigrantes (para mi masculinidad como son: bebé, cosita, bombón, perrito, osito, bichito, o cualquier diminutivo de animal, cosa y groserias gramaticales), ORTOGRAFÍA al escribir, buena redacción, facilidad de palabra, bueno no mucha facilidad, no reclamar por no hablar al celular, contestar mensajes, no fumar, realizar alguna actividad deportiva avalada o popular, evitar preguntas estúpidas (ejemplifico: ¿me quieres?, ¿estoy gorda?, ¿que me pongo?, ¿te desperté?, ¿estabas dormido?, etc.), degustación variada de alimentos, tolerar largos periódos de silencio, disposición por ser ignorada en ciertas ocasiones (jugando videojuegos, durmiendo, bañándome,en el baño, enfiestándome, leyendo, con los amigos, etc.), responder de manera sincera, evitar decir "nada " por respuesta, posponer los dramas en espacio público, evitar los dramas por completo, conllevar las discusiones, no pretender tener la razón, no chantajear, CONFIANZA y PACIENCA (mucha paciencia), costumbre o gusto por la literatura, saber de comics, dominar idiomas (entenderlos de menos), expresar de forma clara sus intenciones, gustos, disgustos, enojos, etc. No dar indirectas (la mayoría de las veces no las capto). Autoestima (no importa si es mínima). Decisión. Ambición. No mucha ambición. Establecer metas realizables. Renovación de contrato mensual, prestaciones (para mi).

Interesadas favor de presentarse en mi vida lo antes posible, con solicitud elaborada.

XRZ

jueves, 16 de septiembre de 2010

Alta traición

No amo mi patria.

Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
–y tres o cuatro ríos.


José Emilio Pacheco

viernes, 30 de julio de 2010

280710

Hay cosas que en un primer vistazo resultan abismalmente diferentes, pero no se distancian tanto una vez que se encuentran los detalles. Resulta que existe una similitud casi imperceptible.

Hoy mantenías tu mente difusa, buscabas soluciones a problemas invisibles, buscabas resolver interrogantes introspectivas. Yo, por otra parte , buscaba la sensación revitlizanteque tu presencia logra. Buscaba la euforia de tus ojos, una buena razón para olvidar todo aquello que no sea el calor de tus pupilas. No lo hallé y al parecer en el horizonte no encontraste aquellas anheladas respuestas.

Los aromas, como tu mencionaste, son importantes. Puedo asegurar que una de las memorias que más he desarrollado es la olfativa y es por ello que recuerdo tu aroma con cierta sencillez, puede que se deba en gran medida a la tranquilidad que me brinda. Es irrepetible e irremediablemente seductora.

A pesar de la belleza y misteriosa sensualidad no pude olvidar los tormentos de mi ser. No deje de pensar en todo aquello que en últimas fechas he vivido, tampoco he querido. No pude abandonar ese abatimiento en los vagones naranjas, así que me prense de éste y me encamine a lugares desconocidos.

Es por ello que desde la forntera de la ciudad y la razón envío estas palabras desesperadas de desahogo. A pesar de ello veo con cierto temor que mi sendero sigue más allá de un horizonte.

Ntehni

jueves, 15 de julio de 2010

Queja

Odio dormir a tu lado.
Odio sentir un confort,
sentirme aliviado.

Detesto arruyarme con tus ronrroneos.
detesto cobijarme con tus brazos,
compartir el sueño entrelazados.

Me incomoda el aroma de tu cuello.
Me incomoda la tersura de tu piel,
que me embriaga entre aromas y caricias.

Me fastidia tener que velar tus sueños.
Me fastidia tener que procurarte.
¿Por qué no me atrevo a dejarte?

No quiero dormir contigo más.
No quiero acostumbrarme a ti.
No quiero amanecer extrañándote.
No quiero amanecer buscándote.

lunes, 28 de junio de 2010

Fluido

¿Por que tengo que verte?
No tengo razón alguna para buscarte.
Sin embargo heme aquí frente a tu puerta,
recordando el número de tu apartamento.

¿Por que tengo que extrañarte?
Sólo logramos lastimarte.
Dudo que olvides esas lágrimas que mostraste,
dudo que sepas lo que hiciste.

¿Por que tengo que besarte?
Nunca quisiste quedarte.
Siempre buscabas pretextos,
alguna situación emergente.

¿Por que tengo que amarte?
No pudimos vernos de frente.
Evadíamos aceptar la mentira,
que juntos creíamos.

Sigo sin comprender.
Pregunto sin responder.
Recuerdo sin añorar.
Vivo sin olvidar.

Y hoy veo como te mantienes presente,
veo como escucho lo que dijiste
y aprecio lo que hiciste.
Sin embargo lo hago tarde.
Y no me arrepiento.

Eres un sentimiento,
eres un recuerdo.
Vagamente seré yo eso.
Vagamente me recordarás.
Y no me arrepiento.

sábado, 17 de abril de 2010

Próxima estación Remembranza.

Pasaba aquél monstruo de la ingenería por un tunel oscuro de manera desenfrenada. Pasaban los focos de neon de manera acelerada delante de la ventana. Pasaban las palabras que cuestionaban mi reputación de manera pausada. Entre tu y yo lo más común es la diferenciación y distanciamiento de nuestras personas. Para ejemplificarlo puedo aludir a nuestra percepción del otro, por mi parte tengo una imagen benevolente de ti con ciertas características observadas que derivan en tal conclusión; por tu parte tienes la idea de que soy una persona denesnable y posiblemente tengas más razón que yo en eso.

En busca de convencerte de lo contrario, de que no soy tan "malo" como crees que soy, comence a buscar en las relaciones que mantuve la legitimación de mi bondad, pero lo único que pude hallar son recuerdos y desilusiones que han mellado mi forma de ser. Recordé aquella vez en que ofrecí proteger una vida por siempre (ahora puedo ver los estragos que hace el concepto de amor en los actores y las cláusulas que se deben de cumplir), aquella en que imaginé vivir con ella de manera definitiva, aquella en que dijeron que la melodiosa armonía de un piano jamás cesaría por mi, y aquella en que mi ausencia se hizo evidente y me extrañaron. En fin comenzé a recordar momentos de antaño.

Ciertamente no puedo demostrar o convencerte de que tu percepción de mi sea correcta o no, en todo caso sólo podría abogar por una exageración no muy distanciada de la realidad y tal vez sea por eso que al remebrar sólo hay encontrado bellos momentos pero personas lastimadas. Sin embargo como me defendí en tu presencia, y con esto tal vez pueda redimirme ante los demás, la ayuda en momentos cruciales jamás la he negado a aquellos a quienes me la han solicitado. Posiblemente lo haga por satisfacerme de manera egoísta, también podría ser para crear una imagen pública, o por tener el conocimiento de la sensación de abandono que nos aqueja en momentos de incertidumbre y conflicto y lo necesitados que estamos de algún gesto, acción o palabra de aliento.

No me he detenido a observar la intencionalidad de mis acciones determinadas por una tradición istitucional (la educación) ni la carga valorativa de las mismas. Tendré que pensar en las circunstancias que me han ido determinando y conformado esa imagen que tienes de mi, que ciertemente es una consecuencia no buscada.

Ntehni Ra Zaana

domingo, 4 de abril de 2010

¿Te das cuenta? (Do you realize by The Flaming Lips)

¿Te das cuenta, de que tienes la cara más hermosa?
¿Te das cuenta, de que estamos flotando en el espacio?
¿Te das cuenta, de que la alegría te hace llorar?
¿Te das cuenta, de que todos a los que conoces algún día morirán?

Y en vez de decir adiós, hazles saber
que la vida se va rápido.
Es difícil hacer que las cosas buenas duren
Te das cuenta de que el sol no se oculta
Es sólo la ilusión del mundo que gira.

Te das cuenta, Oh Oh Oh
Te das cuenta, que todos, los que conoces,
Algún día, van a morir.

Y en vez de decir adiós, hazles saber
que la vida se va rápido.
Es difícil hacer que las cosas buenas duren
Te das cuenta de que el sol no se oculta
Es sólo la ilusión del mundo que gira.

¿Te das cuenta, de que tienes la cara más hermosa?
¿Te das cuenta?

lunes, 22 de marzo de 2010

Lost in your space

Me perdí por dos instantes.

El primero fué cuando ví tu rostro emerger de entre un mar de vacío y el segudo cuando reparé en el botón, que en una noche de promesas incumplibles, desabroché para amarte por dos largas vidas, la tuya y la mía.

Después te perdiste de nueva cuenta en el vacío y sólo me dejaste con una sonrisa, vestigio innegable de tu encanto.

Ntehni Ra Zaana

jueves, 18 de febrero de 2010

Permiso para despegar.

Ví como la aeronave emprendía el vuelo.
Ví como mis esperanzas emprendieron el vuelo.
Ví como te apartabas entre nubes de lluvia.
Ví como se apartaronla ilusiones entre la lluvia.

Observé desde el suelo tu partida.
Sufrí desde el suelo tu partida.
Mis ojos siguieron tu rastro hasta que desapareciste.
Mis ojos siguieron tu rastro hasta que se nublaron con lágrimas.

Te abrazé en la estación por última vez.
Te besé en la estación por última vez.
Sonreías y yo no quise impedir que continuaras sonriendo.
Sonreías y yo no quise hacerte saber que estaba sufriendo.

Platicaste de todo lo que querías encontrar del otro lado.
Platicaste de todo lo que querías dejar en este lado.
Te escuchaba con atención.
Te escuchaba con ilusión.

Comenzaste a cantar una canción.
Cantaste por momentos.
Te desentendiste del tiempo.
Entonaste la letra que te dediqué en una canción.

Sonreías.
Me contagiaste de tu alegría.
Sonreías

Llegada la hora tomaste las maletas.
Llegada la hora partiste entre las puertas.
Llegó entonces un triste momento.
Llegó entonces un inaudible llanto.

Querías irte.
Quería tenerte.
Quiciste quedarte.
Quize raptarte.
Querías amarme.

Ví como la aeronave despegaba al cielo.
Ví como mis ilusiones se dirigían a una isla
donde la neblina es reina.

XRZ

martes, 16 de febrero de 2010

Canción No. 2

Cuando estoy a solas
puedo percibir tu aroma.
Cuando estoy a solas
puedo escuchar tu voz.

Desearía ya no estar solo.
Desearía ya no estar solo.
Cuando estoy a solas
puedo sentir tu piel.
Cuando estoy a solas
puedo verte junto a mi.

Desearía ya no estar solo.
Desearía ya no estar solo.

Tu recuerdo se presenta
cuando estoy a solas.
Cuando estoy a solas
El temor me atormenta.

Cuando estoy solo
Percibo tu putrefacto aroma.

Cuando estoy solo
Escucho los bramidos de tu voz.

Cuando estoy solo
siento lo viscoso de tu piel.

Cuando estoy solo
veo tu repulsiva figura junto a mi.

Cuando estoy solo
sufro con tu recuerdo.

El pasado me atormenta
y con tantas memorias
mi cabeza explota,
al evocar lo que hiciste,
al recordar lo que fué.

Revives cuando estoy solo,
me torturan los recuerdos
y grito desesperado:
¡Ya no quiero estar solo!

XRZ

jueves, 11 de febrero de 2010

Canción No.1

Por la noche caminaba,
sin ganas de estar aquí mañana.
Por la noche caminaba,
buscando el refugio de una cama.

Caminaba.
Caminaba por las calles
abandonadas.

Caminaba.
Caminaba por las calles
desenfrenadas.

Y creo que ahora
ya no queda nada,
que valga la pena observar.

Y creo que ahora
ya no queda nada,
que valga la pena ocultar.

La lluvia comienza a caer,
comienza a caer.
Me moja los pies,
me moja el alma.
Ya no sé que más puedo hacer.

Tengo que continuar,
tengo que caminar.
Encontrar una cama
para poder descansar
(donde pueda descansar).

Caminaba.
Caminaba por las calles
observadas.

Caminaba.
Caminaba por las calles
olvidadas.

Y creo que ahora
ya no queda nada
(ya no queda nada)
que valga la pena abandonar.

XRZ

miércoles, 10 de febrero de 2010

Ma Framboise (midnight poem)

Cada vez que veo tus ojos
me pierdo en las promesas que
reflejan
sin importarme el saber que
jamás serán.

Cada vez que oigo tu voz
me ensordecen
tus fantasías de futuros compartidos,
aunque nunca se realicen.

Cada vez que tu piel me cubre
dejo que mi cuerpo se entumezca
ignorando que el frío me atormenta
cuando ya no está.

Cada vez que tu recuerdo me acompaña
comienzo a soñar que estamos enamorados
y que juntos la soledad apartamos
con dulces besos por la mañana.

Cada vez que recuerdo el aroma de tus senos
me pierdo en el color de tus ojos,
en la ternura de tu voz,
en la suavidad de tu piel
y lo increíble de tus promesas.

Cada vez que sé de ti
una sonrisa me ilumina el rostro
al pensar en lo que es,
lo que quiero que sea
y lo que nunca será.

Sonrío al saber que soy un secreto.
Tu secreto.

XRZ

martes, 2 de febrero de 2010

Incoeherencia

¿Será pues que deje de acordarme que no recuerdo que te iba a olvidar?

No puedo leer entre líneas lo que no está escrito y por tanto comprendo lo que te quiero decir.

Entonces saldré por unos momentos y diré que no te extraño para que veas lo mucho que me llegas a hacer falta.

Habré, para entonces, adquirido el conocimiento de la ignorancia que hace posible mi estupidez.

Correré por las nubes de manera tan grácil como lo hacen los peces muertos en la arena.

Morderé con tanta fuerza el aire que de mis dientes la sangre se evaporará subitamente formando cubos de hielo transparente.

Sólo entonces podré formular oraciones que beatificaran a la nada para hacerla mi nuyeva diosa y priotectora de la razón que comienza a escasear dentro de mi línea de pensamiento. Oraré con tanta devoción que nada de lo anterior pasará a menos que pase.

(El pensamiento no logra formular oraciones coherentes)

XRZ

jueves, 28 de enero de 2010

La boda de mis desilusiones y mis ensueños

"Todo comenzó con una explosión"
Monocordio.

Reviviendo lo poco que he logrado capturar entre las letras y de manera tan burda, me encontré contigo nuevamente, con una imagen de enamoramiento y ensoñación. Recordé la sonrisa que provocaste al verte, el nerviosismo al hablarte y el terror de que te perdiera de vista entre las arenas del tiempo. Viví otra vez entre tu mirada y tus labios, disfruté el sabor a gloria que tienen éstos.

Ahora las desilusiones pasan y saludan respetuosamente tu recuerdo. Ahora veo claramente la cobardía de mi cuerpo y lo insensato de mi pensamiento. Sobra decir lo que es evidente, que tu persona resultaba de una brillante y creciente belleza ante mis ojos y nunca negué, pero tampoco exclame certeramente; todo quedó entre sugestiones y versos que dejaban entrever la realidad de mi sentimiento.

Tu aroma me atrapó y tu mitificación causó el fin de una ilusión. De nuevo cometí los errores que dije no volvería acometer. De nuevo la soledad hizo que me alejara de la realidad y buscara consuelo en lo indeseable. Sin embargo tu recuerdo no deja de azotara a mi torpeza, el destino no deja de reírse de mi falta de valor. Estas en lo que busco y en lo que no deseo encontrar, estas en aquellas cosas que no me gustan y tambien en las que me deleitan. Estas en la ausencia de tu ser.

¿Cuándo sabré enfrentar a mi soledad? ¿Cuándo me atreveré a ver la realidad? ¿Cuándo sabré que es lo que realmente necesito? Y por sobre todas las cosas, la ignorancia y especulación son algo que no puedo dejar de vivir.

Espero aceptar, por beneficio propio, los extraños designios de mi imaginación como tales; efímeros. En algún momento tendré valor para dejar de escribirte y dejarte dentro de una antología de memorias, tal vez pueda convertirte en un personaje inolvidable y así pueda borrar lo que es por lo que quiero que sea. Separaré a la cereza de tí. Dejaré de soñarte y comenzaré a ver el brillo de tus ojos como el reflejo de la luz y no su origen. Esperaré que puedas leer lo que escribo y no sólo las palabras que te dedico.

Por otra parte tal vez pueda refugiarme en lo que desconoces de mí y aseverar que todo fué estricta literatura, que no puse nada de mi alma en cada una de las palabras que engendré, que no te llevas pedazos de mi vida y de mis ilusiones.

Eso haré, me refugiaré en la ausencia de tu ser...

pero tu recuerdo está en la ausencia de tu ser...

XRZ

martes, 26 de enero de 2010

Sueño

Tomaste mi mano y con un susurro dijiste: ¡Acompáñame! Azorado seguí el trayecto que marcaron tus pasos. Comenzamos a subir las escaleras acomodadas en espiral. No me soltabas, pareciera que un temor por mi caída lo impedía, el sudor comenzó en tu palma y se mudó a tu frente, no podía percibir la fatiga del recorrido, pues era inexistente y tu sudor provenía de un nerviosismo evidente.

no pude contener por mucho mi curiosidad y me detuve abruptamente en un descanso de la escalera, provocando que voltearas y me reprocharas con la mirada la súbita decisión y antes de que pudieras convertir en verbo la inconformidad que te causaba te silencié con un beso. Puedo decir ahora que tenías espectativas en un atrevimiento semejante y correspondiste a mis labios. Mientras yo cuestionaba mi suerte y buscaba una explicación que justificara el disfrutar el sabor de tus labios; por otra parte tú estabas en una línea de pensamiento muy distinta y distante a la mía. Rodeaste mi cuello con tus brazos con tal fuerza que por unos instantes el aliento me faltó.

Ví en tus ojos el brillo de la felicidad y la premunición de una gran tristeza. Continuamos nuestra marcha al final de las escaleras. Un temor comenzó a cobijar mi pensamiento de manera inexplicable,de repente aventurárme a lo desconocido mientras me sujetabas de la mano no resultó algo seguro. Abrí la boca para externar mi inquietud, pero uno de tus dedos selló mis labios al tiempo que abrías una puerta.

Inmediatamente te abalanzaste a mi pecho, me abrazaste, tal vez con la esperanza de encontrar en los latidos de mi corazón reconfortarte y tranquilizar; buscabas en mi temeroso palpitar un poco de valor. Me besaste.

Caminamos por un pasillo que se presentaba oscuro y ominoso sin hacer ruido alguno para que nuestra presencia no se hiciera evidente ante el silencio que habitaba el lugar. Nos detuvimos cerca del final de aquel pasillo y giramos a nuestra izquierda para quedar de frente ante una nueva puerta y entonces supe que esta vez me correspondía abrirla y penetrar en el misterio de lo que resultaba invisible para los dos. Te resguardaste en mi espalda, resultando ésta tu escudo. En cuanto la puerta reveló aquello desconocido al mundo de lo visible tu rostro se ocultó en mi nuca y dejaste escapar un sollozo que revelaba una dolorosa sorpresa.

(...)

sábado, 16 de enero de 2010

(Des) Oriente

Siempre he destacado lo caótico que resulta mi ciudad, y por lo mismo me resulta atrayente; sin embargo guardo un especial resentimiento en lo que se refiere a su zona oriente. Así como ud. lo oye, el oriente de la ciudad (pasando churubusco) me resulta una parte tan denesnable. Hay diferentes razones por las que puedo odiar esa parte de la ciudad, no niego que esos mismos factores existan en otro lado, pero al parecer en esa dirección todo no es de mi parecer.

No recordaba cuan desagradable me resultaban aquellos parajes abandonados hasta el día de ayer en que gracias a la depresión en la que me encuentro abordé uno de los camiones que, literalmente, rodean la ciudad. En un principio sólo apreciaba, desde mi ventanilla, las distintas calles por las que pasaba sin que tuvieran significado alguno. El trayecto resultaba fluido, sin contratiempos, ni tráfico; avanzábamos de acuerdo a la disposición del acelerador del conductor; que no era nada tímido.

Cual sería mi sorpresa que después de cruzar el eje central, a escasas cuatro cuadras, un ciudadano oriundo del oriente decidió rebasarnos. Obviamente sólo pudo colisionar en la parte frontal derecha del coloso móvil. Un letrero que dijera BIENVENIDO A ORIENTE hubiera resultado más apropiado, pero quién soy yo para cuestionar las tradiciones de la gente; si en el oriente resulta común recibir a los automovilistas con empellones de fibra de vidrio o aluminio (laminazos) no tengo escusa alguna para enjuiciar sus costumbres.

En fin la bienvenida resultó en un cambio de transporte, otro camión, y continuamos el trayecto. Cabe mencionar que todavía no concebía el hecho de estar en el oriente del D.F. Pero no paraba de quejarme acerca del tráfico, el sol que me pegaba directamente en la cara, el ruido de las bocinas de los automovilistas que lograban traspasar la barrera de sonido que implementaban unos audífonos y la música que se proyectaba directamente en mis oídos. En resumen se acumulaban las cosas que podrían molestar a cualquier persona.

Después de hora y media de estar esperando a que los conductures tuvieran una epifanía para que pudieran entender que si dejaba pasar de manera simultánea a los demás conductores, el estancamiento podría disolverse de manera paulatina, llegamos a la base del susodicho camión, al ser un circuito no había necesidad de bajarse pero el conductor creeyó prudente abandonar la unidad y ponerse a platicar con sus compañeros, de poder acompañarle lo habría hecho, el último trayecto resulto muy incómodo y hubiera disfrutado el desafanarme unos momentos de las incapacidades para maniobrar al volante de algunos"orates".

Después de largos minutos de espera, continuamos el trayecto y fué entonces que todos los recuerdos y resentimientos que estaban estancados en lo más recóndito de mi memoria comenzaron a desparramarse por la ventana.

La señal reveladora que detonó toda esa gama de recuerdos fué la cúpula de el palacio de los deportes y de cómo resulté caminando solo a mi casa después de un concierto muy placentero. Posteriormente llegamos a la delegación Iztacalco donde en algún momento tuve que regresar solo después de acompañarla, de igual forma en donde no pude obtener una plaza de trabajo por culpa de la insana afección que tuvo una expareja para retener mi identificación, recordé de igual forma que en algún momento me ví caminando bajo la lluvia con un ramo de rosas rumbo a mi casa. En otra ocasión por apostar a la aventura y decidirme ir a su casa y pedirle permiso a sus padres regresé solo, para no alterar la continuidad. Podría enlistar varios de los recuerdos que hacen del oriente un lugar non grato, no puedo sesgar los buenos recuerdos que de esa zona poseo pero en resumidas cuentas odio el oriente por aquellas experiencias desmoralizadoras que he tenido y en parte por sus respectivas causantes (enlistadas en orden ascendente):

-Ma Belle.

-Ma Framboise.

-Ma Noir Cerise.

XRZ

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Vestidos en el suelo

Saliste del probador portando un vestido morado eléctrico, que acentuaba la blancura de tu tez y enmarcaba de manera impensable a tus ojos, que siempre han resultado de mi adoración, tu sonrisa me cautivaba. Toda tu pusiste mi sangre a circular de manera tan rápida que la temperatura de mi cuerpo se elevaba a la par con los deseos de abalanzarme sobre ti.

Quise tirar las cosas y atraparte contra la pared, recorrer lentamente tu piel con mis dedos, apreciar la tersura de tu ser con mis labios y disfrutar del aroma de tu cuerpo, sin embargo el epicentro de mi placer resultaría ser tu cuello el cual deseaba morder con paciencia y ternura para disfrutar el estremecer de todo tu cuerpo.

Besar apaciguadamente tu espalda en espera de nuevas sensaciones tuyas, seguir el camino de la verticalidad de tu figura y recorrer tus piernas de manera segura y apretando gentilmente su firmeza, deteniéndome sólo con el contacto de tus calcetines rosas.

Descansar en tu hombro por dos segundos para poder recuperar el aliento y poder continuar embelezándome con tu cuerpo. Mordería tu nuca mientras mis dedos acariciarían el vestido en busca de una oportunidad para retirarlo, recorrerían con veneración el cierre y lo dejarían deslizarse con suavidad hasta llegar al suelo, descubriendo así la totalidad de tu bella desnudez...

Saliste del probador con un vestido morado eléctrico y no pude hacer más que mascullar palabras para decirte lo bien que se te veía.

XRZ

jueves, 24 de diciembre de 2009

Domicilio prestado, sentimiento propio (¿Cuento Navideño?)

Con la noche filtrándose por el ventanal de un cuarto piso, me disponía a recibir la fiesta de natividad en compañía de mi sombra. Un Pollo horneado y cubierto de hojuelas de maíz y un poco de pasta con salsa de chipotle cumplieron el requisito gastronómico de esta fecha. Enmarcado por un ámbito de melancolía tuve mi cena de navidad, a la que asistieron puntualmente los recuerdos y anhelos de mi vida.

Conversé conmigo mismo por largos ratos de silencio y degustaba la comida de manera imperceptible, la luna se asomaba de media cara para iluminar mi completa soledad. Entre tanto bullicio por la ausencia de cordura una melodía luchaba contra el tiempo para no extinguirse.



Entonces pude apreciar la belleza de mi ridiculez, levanté la copa de vino y brinde de manera alegre:
-¡Felíz Navidad Sergio! ¡Felíz Cursifiesta!-
Apuré la copa y descansé en el sillón. Seguí recordando y anhelando. Seguí siendo un elemento principal de aquella imagen decadente y desesperanzadora. Seguí siendo yo.

Cansado de tanto festejo en la cena y el brindis me retiré a la cama, intenté ahogarme en la almohada y al ver que fallaba decidí dormir y esperar a que, ya fuese Santa Claus o el niño Jesús (según su tradición), trajera un poco de felicidad y compañía a mi patético festejo de natividad.

martes, 15 de diciembre de 2009

Ma framboise

"Tu boca es mi perdición,quiero perderme."
Christina Rosenvinge

Te escondiste detrás de esos besos tímidos y abrazos inseguros de serlo. No sabías que hacer, me veías calladamente pensando en no sé que. Te resguardaste en la sonrisa que me cautivaba y emprendiste una búsqueda de un pasado vivo. De entre la bastedad del pasado apreciaste el brillo de una atracción perdida, de una motivación herida. Encontré en el brillo de tus pupilas una mirada que logró nuevamente estremecer todo mi ser.

Exclamaste un gusto por mis delgados labios, mi sarcasmo y mi voz, mientras yo me perdía en el sabor de tus senos y adivinaba el aroma a frambuesas en tu piel. Te recostaste en mi pecho para poder escuchar los bombeos del corazón e imitar el ritmo de mi respiración. Tu cabello revuelto enmarco lo profundo de tus ojos color de miel bronceada y entonces supe de mi fascinación por tu beldad.

La mañana lentamente y resignada al paso del tiempo llegó a nuestra ventana. Entendí que la relación iba ser compuesta por despedidas y reencuentros.

martes, 1 de diciembre de 2009

Alegría Estelar o ¿Estrellita mi Alegría?

La luna guardaba discretamente el silencio, el aire de la noche resultaba ominoso. Estábamos de nuevo en el carro, estábamos de nuevo dispuestos a divertirnos, a disfrutar la noche como si el amanecer no fuera a llegar, como si fuera el fin de la existencia; queríamos reventar el mundo y proclamar que pese a todo somos reconstruibles. Maggog, Red-O, Ruy, Ikeratto y Xudi.

'He aquí el relato de cinco jóvenes que nunca van a poder olvidar lo ocurrido aquella noche.'

Empezamos resolviendo un conflicto espacio temporal y tuvimos que retroceder más de dos décadas en la historia para que Ikeratto pudiera existir entre nosotros, así que fuimos al año de 1986 y batallamos contra una confabulación para eviar su nacimiento, regresamos cuando The Cult Heros decidian que no iban a llegar lejos con ese nombre, cuando saúl hernandez comenzaba a escuchar una cosa llamada brit pop, cuando los punks eran punks y no muñequitas manufacturadas por las grandes empresas de ropa y música, cuando el house era despreciado y sólo se oía en bunkers o almacénes; regresamos a una época donde lo efímero y exageradamente falso reinaba como tendencia popular, donde los colores brillantes resaltaban la decadente sociedad en la que éste país estaba inmerso. Regresamos a los ochenta.

Una vez alterada la línea de continuidad espaco temporal, por nuestra incidencia regresamos a ésta época solo para darnos cuenta de que había una reconsideración de la moda de aquellos años. No parecía nada normal e inclusive llegué a pensar que habíamos alterado de manera irremediable los sucesos que cambiaron drásticamente los contextos histórico-sociales que marcaron a la historia "universal".

Nos encontrábamos en un lugar pequeño y en el escenario dos seres bastante extraños, un hombre sin cabello en la cabeza y gafas hacía extraños sonidos con una cajita negra, pensamos que era un sintetizador y acertamos; sin embargo no pudimos estar preparados para lo que habríamos de averigua con el segundo especimen, era un andrógino (al estilo David Bowie, pero en una versión castellanizada a más no poder tal y como Gloria Trevi en sus dudosos pininos) que de manera indiscriminada mataba al silencio con estrendosos alaridos y distorciones en las ondas de sonido, pero mantenía un ritmo casi armonioso.

Mientras tanto Maggog entablaba conversación con lo que parecían unos jóvenes oriundos de éste universo paralelo y resultaron ser dos humanoides bicentenales que habían alquilado el cuerpo e dos jóvenes humanos para convivir (pude darme cuenta de su edad por la incapacidad de realizar movimientos bruscos, como bailar, y su inexpresividad, no se divertían pero tampoco hacían el más mínimo esfuerzo). Se hacían llamar N-Ri y A-lx, creo sinceramente no repare en memorizarme su número de serie.

Pronto averiguaríamos que Ruy, en ésta versión distorsionada de la realidad, era el vocalista de una banda que podría matar de una apoplejía a Abraham Stoker, pues se hacían llamar Los Dragulas y vestían ajuares de novia, capas de luchador mexicano, antifaces de historietas y senos inflables. Pareciera que la fama era su acompañante pues el lugar pronto se abarrotó de seguidores. Entre canciones nos olvidamos de donde o cuando nos encontrábamos y nos dispusimos a disfrutar los momentos, pues no teníamos certeza de que por nuestras acciones por el viaje en el tiempo se creara una crisis del multiverso y dejáramos de existir de un momento a otro.

Red-O se dispuso indagar los insumos de éste universo y se dirijió a lo que llamaremos barra de bar, después de unos segundos de observación pidió las bebidas que todos consumían; por razones de seguridad Ikeratto vigilaba la retaguardia del valiente catador. Una vez asegurada la no toxicidad de la bebida dispuso unas cuantas botellas para todos.

Por mi parte, observaba el comportamiento de los sujetos ahí presentes. Reparaba en detalles muy peculiares: su forma de bailar, de cantar, de corear, y de alarir confesiones. Súbitamente Ruy Cometa declaró al público, después de una lluvia de aplausos:

-Gracias. La siguiente ... la siguiente canción es muy especial. Es muy especial por que tiene dedicatoria. ¡Sergio se la dedica a Cerise! Ésto es "La Maldición"-

Al mencionar el nombre me señaló, como si yo fuese el dueño de aquel nominativo. Yo no era tal persona, nunca se habían referido a mi persona de esa forma, sabía que era Xudi, Xudi Ra Zaana. No reparé mucho en el detalle y busqué a la llamada Cerise, sólo para encontrarme con un rostro bellamente coloreado por las luces del lugar; sin embargo mantuve la distancia para no alterar de nueva cuenta este universo.

...

miércoles, 25 de noviembre de 2009

B Day

Pasó ya la víspera de un aniversario más.

Quedaron los mensajes de felicitación en la memoria de un celular, almacenados con los agradecimientos jamás expresados, quedaron también las llamadas grabadas en la memoria tan defectuosa de éste que se presume escritor (YO), de igual forma los abrazos quedaron impregnados en la playera que cubrió la ridícula desnudez de mi torso.

Comencé aquel día regalando el brillo de la luna por unas cuantas horas, compartiendo mi más querida posesión. Y mientras dormía, las felicitaciones se hicieron llegar.

Con el paso del tiempo he descubierto que las experiencias seguirán ocurriendo y no me cansaré de equivocarme o acertar en algunas y otras cosas, la razón que tanta molestia cuasa cuando la tengo será parte dinámica del porvenir; no hay que ser un vidente para saber que muchos errores he de cometer y que los aciertos serán en una relación desproporcionadamente menor.

Puedo decir que cambié de escudo, que dejé atras esa horrible sensación de posesión de los demás, dejé también un poco, y sólo un poco, ese orgullo tan pedante que cargué por un tiempo, abandoné los míticos proyectos comparables con las tareas de Herácles, cambié en algún momento la sensación de derrota por la de aprendizaje, cuestioné mi punto de vista y vi que me cegaba la sin razón de una credulidad no fundamentada. Me transformé. Pude adquirir la categoria de extraordinario, entendiéndose ésta como algo fuera de lo cotidiano y no en su sentido sensacional, pase de ser extraño a diferente; ésto no fue por mi propia cuenta, todos aquellos que lean ésto y aquellos que jamás lo hagan fueron quienes remodelaron el estilo y la línea de pensamiento de éste personaje digno de novela no congratulada.

Aunado a lo anterior me permití descubrir que no tengo interes alguno en seguir un camino de soledad y abandono a los ámbitos melancólicos pero tampoco puedo erradicarlos de mi vida, soy tan propensos a ellos como a caer dentro de un bache de ésta mi linda y caótica ciudad.

Así que de manera escueta pero e todo corazón agradezco a todos aquellos que han sido actores en este gran escenario de mi vida.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Rebel Night

-¿Qué pasó lindura, dónde estas?-
-... Por el árbol de navidad.-

Serían las primeras palabras de una velada esperada, en tanto la imposibilidad de las imposiciones de Otelo ante la diversión de la noche, ante la complicidad de la luna creciente como mi descaro. Sabía de antemano que las ataduras establecidas por la coeción de una relación tradicional impedirían la expansión de las sensaciones. Yo sólo sonreía, veía como te hundías, Ma Noir Cerise, en la incertidumbre y cómo él se enfurecía, fingiendo que mi presencia era indiferente y no causaba incomodidad alguna; pude desatar una tormenta y eso no sería novedad sin embargo no tenía ganas de batallar con el ego herido de un personaje colateral en esta historia (la mía).

-¿Entonces van o se quedan?-
-Mejor pásame la dirección de lo de al rato y yo te alcanzo-
-Todavía no la tengo, pero te la mando en cuanto me la pasen-
-¿Pero si vas a ir?-
-Sí-
-Bueno. los veo luego entonces-

Se quedaron, intetaban descifrar que iba a ser de su futuro. Me despedí con una sonrisa retadora.

Caminé por la avenida, con una actitud que hacía tiempo no tenía, una actitud de desdén por los demás, tener esa sensación de que todo lo puedo conseguir. Me comía la distancia a grandes pasos, nada habría de detenerme. Tenía que llegar a un encuentro con el pasado. Tenía que verla, en eso habíamos quedado. Llegué antes de lo previsto y tuve que esperar unas cuantas canciones en mis oídos. No estaba ansioso, ni nervioso, tal vez un poco curioso de saber como era ella ahora, saber cual era su apariencia. Me quedé con la duda, cinco canciones después de haber llegado mi pantalón comenzó a vibrar y a causa de los audífonos no pude escuchar las notas de "Y volveré" que anunciaría la cancelación de la cita de la siguiente forma:

'Lo lamento Sergio,no te voy a poder ver hoy.ojala podamos vernos luego.kuidate.adieu.'

No había explicaciones y sinceramente no las quería, sería entrometerme más de lo que necesariamente me interesaba. Curiosamente no mermo mi ánimo, realmente no importó. Pareciera que lo estaba esperando, que era parte de la cita.

Pasaban las canciones y yo estaba formado para entrar al foro, me dolía la espalda ya de la mala posición en la que me encontraba. Maldije mi enfermedad y el no traer cigarros para torturar a mi garganta y pulmones en lo que habrían la taquilla, para no aburrirme. Pasaban las personas de un lado al otro, se veían ansiosas por entrar y disfrutar de un rito de adoración, yo me aburría esperando un cambio de escenario. Mientras observaba a las exóticas bailarinas de el local de a lado ví pasar un rostro conocido y casi olvidado era "la catastrofe sentimental de mi hermano" (al menos una de ellas) de nombre Beatriz; de lejos intentaba reconocer mi rostro, ya no era el que ella había visto hace ya un hijo,le confirme su sospecha y le llamé a que me saludara (no lo hubiera hecho) al abrazarme no supe como no me ahogué en su colosal ego, me pregunto por esto y por aquello y le conteste sin mucho entusiasmo, realmente no se para que le hablé de haberse quedado en un saludo sería un mejor recuerdo. Se despidió, había más asuntos que atender. Seguí en la fila, esperando.

Abrieron la taquilla y la espera concluyó, nos dejaron pasar, nos contaron cual ganado y no me importó. Quería dar por concluida mi misión y disfrutar un poco de la música.

-¿Cuántos?-
-Uno-
-¿Con disco?-
-Disco y Vinyl-
-Sólo tengo disco, no hay vinyl-
-¿No hay vinyl? ¿Qué pasó?-
-No trajeron el vinyl, eso ya fue pedo de la disquera-
-Esta bien, entonces sólo dame el disco-

Subí al foro y me instalé a dos personas del escenario para el mayor goze posible del evento. Mientras se llenaba el lugar yo me acerqué a la barra por una cerveza, completamente merecida, después de adquirirla y cuestionarle a Vincent Van Rock sobre los vinyles regresé a mi puesto. Ls gente se conglomeró alrededor del escenario conforme el tiempo pasaba, yo no tenía espectativa alguna sólo disfrutaba mi cerveza y observaba.

Me encontré con un sombrero que simulaba la piel de una vaca, bajo éste ví unos ojos grises que al percatarse de ser observados desaparecieron cuando la mirada fue desviada al suelo. Pude apreciar de igual forma que muchas madres iban a compañando a sus hijas como chaperonas, ésto resultó muy gracioso para mí y disfrute mi solitaria estancia. El perfume de señora se mezclaba con el olor a cerveza y sudor de los hijos, era bastante desagradable. De pronto un cabello azul y morado cosquilleo mi nariz.

-¿No te importa si me quedo adelante? Es que allá hay un guey bien alto que no me deja ver-
-No hay problema (de todas formas ya estas adelante), ya estás adelante (eso no fue buen movimiento)-
-Sólo quería asegurarme que no me ibas a empujar o empezar a manosear para quitarme-
-No suelo hacerlo...sin consentimiento y definitivamente sería para lograr todo lo contrario (que diablos acabo de decir)-
-Esta bien-
-(seguramente se está aguantando la risa de la estupidez que acabo de decir)-

Pasaban canciones y parecía que la chica de cabellos "morazulados" (es un termino bastante precario, lo sé pero no puede denominarse de otra forma a ese color de cabello, bueno a esos colores de cabello) no voltearía de nueva cuenta. Dejé mi botella vacía cerca de una bocina y me percate del aroma de la chica, frutal, bastante discreto aunque tambien podía haber sido opacado por los doscientos cuarenta y siete perfumes más que estaban en convivencia y abrumaban mi olfato.

-¿Te gusta la XX (dos equis)?-
-Sólo la ambar-
-¡¿Hay Ambar?!-
-Si, en la barra, sólo tienes que pedirla-
-Ja! y yo tomando ésto (dos equis normal), ahorita vengo. ¡Te encargo mi lugar!-
-¡A la orden (y simulen el saludo militar de mano en sien)!-

Me agradó la actitud de ésta chica, decidida. Pude ver como se perdían esos cabellos teñidos entre la gente y también ubiqué al tipo que causo que la chica se plantara frente a mi. Me descubrí sonriendo instintivamente cuando ella regresaba.

-¿De qué te estás riendo?-
-De tí-
-¿Te causo gracia?-
- No me mal interpretes, me da risa tu actitud y no de una forma peyorativa. Sólo pienso que eres muy decidida y que no te importa nadie más que tú, al menos aqui y ahora-
-Pues sí-
-No te molestes, tengo la mala costumbre de decir la verdad-
-Eso es bueno-
-No siempre-
-Pero al menos eres honesto-
-Tal vez demasiado-

Su mirada se perdió en mis ojos por dos segundoas, trataba de analizar como es que alguien pudiera decir la verdad sin reparos. No es fácil hacerlo de todos modos, hay veces en las quue la gente cree que miento, ortas que sólo me burlo o que digo las cosas por decirlas (usualmente eso es cuando expreso los sentimientos varios que se generan).

-Me caes bien-
-... (¡Ah órale!)-
-¿En serio te gustan los Rebel?-
-Pues no me desagradan-
-¿Entonces a que vienes?-
-Venía por el vinyl para un amigo, bueno en realidad el me mandó-
-¿Entonces no querías venir o qué?-
-Pues no lo tenía contemplado, pero tampoco me desagrada-
-¡Me llamo Dulce!-

Una carcajada escapó de mi boca y ella se quedó extrañada. Mi miró con enfado y se dió inmediatamente la vuelta. Me senti avergonzado, pero fue una reacción espontánea.

-Dulce, no te molestes, no tiene nada que ver contigo-

No volteaba

-Dulce, yo conozco a una persona que se iba a llamar así y que me iba a acompañar hoy-

Apresuró el resto de su cerveza y no volteó. Error de mi parte, en fin mejor sería moverme del lugar. Comenzaba a buscar un lugar no tan alejado del escenario pero distante de la molesta Dulce de cabello morazulado.

-¿Tu burlas de mi y ahora te piensas ir?-
-Para no incomodarte, lamento que te hayas sentido ofendida pero realmente no tiene nada que ver contigo. Simplemente me pareció cómico el hecho de que te llames así-
-Mi nombre no es ningún chiste-
-Lo sé y me disculpo por la ofensa-
-¡No quiero tu disculpa!¡Quiero otra cerveza!
-Pues ve a comprarla, yo te cuido el lugar-
-No. Tu me ofendiste, asi que ve tú y yo cuido el lugar-
-Esta bien (nada tonta, me recuerda a alguien. No, son alguienes, me recuerda a alguienes: Una cereza oscura y una niña que se siente gato)-

Mientras me abría un sendero entre la gente pude vislumbrar a un integrante de la banda estelar de la noche, así que saqué el disco que se estrenaba hoy y le pedí que lo firmara con una dedicatoria a Jorge, aunque ese no sea mi nombre. Ahora sí, dos ambar y de regreso con Dulce, no puedo evitar sonreir ante las cosas que uno puede percatar de manera muy subjetiva. Gracias destino por compartir un poco de tu bizarro humor.

-Aquí está, pedí ambar-
-Gracias, disculpa aceptada-
-Sabes hacer negocios-
-Si tu lo dices. Pero no me has dicho tu nombre-
-No. ¿Lo quieres saber?-

Puso una cara de extrañeza, jamás le habían preguntado semejante cosa.

-No lo sé. Supongo que si-
-Sergio-
-Eres extraño-
-Soy único y por fortuna irrepetible-

Sonrió, tenía unos dientes muy blancos, normales en los rostros de las chicas. Una sonrisa llamativa.
...

martes, 17 de noviembre de 2009

Perdido entre nubes

Siempre he gustado de expander los horizontes de mui existencia, así que por lo regular no rechazo oportunidad alguna para saber de lo desconocido, ésta vez me refiero a lo terrenal, a un lugar que no conocía, como sucede con muchos otros; escribo ahora de la experiencia en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

Estar encerrado por poco más de trece horas no agrada a nadie que conozca, mucho menos a mi. Sin embargo hay sacrificios que se requieren para adquirir allgo, fué así como permanecí en un camión por tanto tiempo. Aburriéndome, desesperándome, riendo, cantando, medio durmiendo, comiendo y viendo los parajes de un trayecto por demás cautivador. Distrito, Estado, Veracruz, Tabasco y finalmente Chiapas fue la película que pasó a traves de la ventanilla del autobús.

Entre mensajes de despedida y de resignación el camino comenzaba. Mensajes que sorprendieron mi nula expectativa, deseos de buena voluntad y el reconocimiento de los errores me despidieron de los lugares que conocía (Valle de Chalco) en adelante todo era nuevo, pero no novedoso.

El Punto iba preparado con los utensilios ceremoniosos correspondientes para un viaje introspectivo. La euforia se hizo presente y preparó las bebidas espirituosas para el largo trayecto, el sueño permanecía distante a los preparativos pero no dejaba de expresar su presencia. Se creó una celebración al camino, una bacanal andante. Sin embargo cada uno experimentaba el recorrido en diferente manera, los hubo dormidos, los hubo perdidos y los hubo bebidos; eso sí todos estaban divertidos.

Por la noche llegamos a nuestro destino, fatigados y desesperados de haber estado tanto tiempo encerrados entre asientos forrados y aluminio forjado. Buscamos el asilo prometido con ansiedad, el humor de los compañeros no mejoraba entre la presión del cansancio y lo estresante que resultaba no saber la manera en que se iba a proceder. Unos iban, otros venían y todos vacilábamos de encontrar una cama lo suficientemente cómodad para descansar. La comitiva tuvo que dividirse en dos grupos: los de adentro y los de afuera, los que se quedaban y los que se iban, los que ya tenían cama y los qe la iban a buscar. Yo estaba en el segundo grupo junto con El Punto.

Algo que debo remarcar, por que es un momento idóneo, es la capacidad de El Punto para poder acoger al extraño que decide unirse en el cacmino de atodestrucción que seguimos, se extiende la cordialidad al que la busca y la amabilidad a quien la solicita. Me sorprendió sinceramente esta actitud puesto que sólo conocía la contracara de mis camaradas y la mía; siempre era el desprecio al petulante, la segregación del altanero y la exclusión del imbécil. Si bien como antes dije la actitud de l punto para cobijar al otro me sorprendió, no me resulto del todo extraño e inclusive me agrado saber que existe aquella inclusión sin mucho miramiento de aquella persona que no guste en demasía de estar solo. Aún con ésta capacidad de aceptación dentro del mismo Punto existen subgrupos que no entran en conflicto de manera directa con el comportamiento de ésta micro-sociedad.

...

martes, 3 de noviembre de 2009

Sabiduría surrealista de un sábado sin sentido.

Mi pecho estaba abierto, había sufrido una vivisección, el alma se me salía y el frío ocupaba su lugar. Desperté. No había nada en mi pecho, ni cicatrices. Sentía una opresión muy grande. No tenía fuerzas y las cpstillas dolían. Estaba inmóvil en mi cama, estaba inherte en mi cama. Súbitamente comencé a recordar: mi ilusión, la noche, tu beso ajeno, mi desilusión, mis celos, mi enfado, mi tristeza, mi desesperación, mi fallecimiento.

El coraje inundo mis venas y me dió fuerza para levantarme, desentenderme del mundo y de la pena. Estaba enfurecido comigo por habere permitido enamorarme así de ti. Estaba colérico por que sufría. Ardía mi sangre en sólo pensar que todo era predecible, de que de cierta forma era parte de mi apuesta: perder. Entonces decidí desquitarme con el culpable de mi malestar, conmigo.

Me vestí, busqué algunas cosas necesarias para no sucumbir ante la próxima tortura que habría de propinarme. Salí, el cielo estaba nublado, el suelo mojado y mis sentimientos destrozados. Llovía, era buena señal para mi. El trayecto fué rápido y el recorrido imperceptible. Recuperé mi anonimato en las masas, conformaba parte del ejército de almas conundidas, perdí mi sonrisa y en vez de eso adquirí una mirada sumida en la desesperación y el sinsentido.

Caminé por un rato para encontrar cual sería el punto de partida de mi cuerpo, dónde sería el lugar de inicio. No quería parar, prefería seguir caminando sin rumbo alguno y perderme en la vastedad de ésta tierra, olvidarme de mi y no encontrarme más que con la geografía de éste país, evitarme, dejar de pensar y convertirme en un fantasma corpóreo. No quería saber de mi. Sin embargo tenía un castigo que atender.

Encontré un lugar que serviría de puerto de donde zarparía el buque de la autoflagelación, pero mi equipaje resultaba estorboso, así que le pedí a una afable señora me asistiera con las pertenencias. De manera muy cordial aceptó. Le agradecí y comencé. Iba a correr hasta no poder moverme, hasta que se acabara el camino y un precipicio se presentara como salida.

Me puse al trote y pensaba en ti, pasaba la distancia y seguía pensando en ti. Me enfurecí. Aumenté la velocidad y tu recuerdo me mantenía el paso. La música, la música sería el vehículo de mi mente para perder a tu recuerdo. Aumente los decibeles. Seguías ahí. Irónicamente los himnos que algun momento dediqué a tu belleza me echaban en cara mi suerte. Le exigí más a mi cuerpo, quería purgar el dolor de mi alma con el dolor de mi cuerpo. Aumenté las exigencias.

Había recorrido apenas 5 kilómetros y mis piernas pedía descanso, también lo hacía mi alma; ninguno habría de obtenerlo. Dupliqué la distancia y la respiración era dificultosa debido a la fatiga y a la molestia de mis costillas al respirar. Continué. No quería detenerme, no hasta que mi memoria junto con tu recuerdo se hubiesen perdido, quería que quedaran rezagados y no volver a recorrer ése camino. Seguía corriendo.

Todo se apagó.¿Lo había logrado? ¡Lo había logrado! Me desafané del mundo terrenal; me había separado de la realidad y con ella de mi sufrimiento. Habí roto la separación de los planos de existencia. Que sensación tan extraña, donde antes estuvo mi cuerpo ahora tengo la sensación de un hormigueo. ¿Será esta la forma en que el alma se manifiesta al estar libre?

-¿Estás bien?-
¿Quién me habla? En verdad hay un ser que dispone de la suerte de los mortale y ahora me está hablando, mi falta de creencia en él va a traer problemas.

-¿Estás bien?-
-Fíjate si respira-

Son dos voces. ¿Respirar? No necesito respirar ahora, soy libre de esas ataduras.

- Si esta respirando pero no contesta.- Es la primera voz.
- Le voy a hablar a una ambulancia.- Es la voz que escuché después.
- Si, creo que se desmayó.-

¡Que descepción! No logré nada, sólo un desmayo. ¡Maldita sea mi suerte!

El dolor de nuevo llegó, se había quedado rezagado pero ya me alcanzó. Las piernas palpitaban. El pecho se enfriaba. La boca sabía a metal. Me voy a ahogar. Me voltean, no quiero abrir los ojos, no quiero regresar, estaba tan tranquilo conmigo mismo. Sangre, tengo sangre el la boca. Escupo, toso y tengo ganas de llorar. Haré las dos primeras. Más sangre, las costillas me indican que sigo en mi cuerpo. Me tranqulizo y respondo: - Estoy bien, gracias- pero no quiero abrir los ojos.

-¿Estás seguro?-
La verdad es que me estoy ahogando en un adepresión muy grande, pero no lo confieso. - Si gracias, ya estoy mejor, sólo me caí- me caí de una ilusión que estaba muy alta y el aterrizaje no fue muy placentreo que digamos.

(...)

lunes, 26 de octubre de 2009

¿Qué hacer?

Te ví. ¿Qué hacer?
Lo sé. ¿Qué hacer?
No lo creí. ¿Qué hacer?
Me mentí. ¿Qué hacer?
Me perdí. ¿Qué hacer?
Me fuí. ¿Qué hacer?

¿Qué hacer? Dormí.
¿Qué hacer? Desperté.
¿Qué hacer? Desesperé.
¿Qué hacer? No entendí
¿Qué hacer? Grité.
¿Qué hacer? Golpes dí.

Nuevamente dormí. ¿Qué hacer?
Otra vez desperté. ¿Qué hacer?
Salí. ¿Qué hacer?
Corrí. ¿Qué hacer?
Temblé. ¿Qué hacer?
Me enfurecí. ¿Qué hacer?

¿Qué hacer? Corrí.
¿Qué hacer? Seguí corriendo.
¿Qué hacer? Sudé.
¿Qué hacer? Desfallecí.
¿Qué hacer? Sangré.
¿Qué hacer? Maldije.

Me maldije. ¿Qué hacer?
Caminé. ¿Qué hacer?
Agua Bebí. ¿Qué hacer?
Me calmé. ¿Qué hacer?
Te busqué. ¿Qué hacer?
Me reprimí. ¿Qué hacer?

¿Qué hacer? Me convencí. ¿Qué hacer?
¿Qué hacer? Te leí. ¿Qué hacer?
¿Qué hacer? Me equivoqué.¿Qué hacer?
¿Qué hacer? Me tranqulicé. ¿Qué hacer?
¿Qué hacer? Me ignoré. ¿Qué hacer?
¿Qué hacer? Morí por un instante. ¿Qué hacer?

¿Hice lo correcto?
¡Me ilusioné!
¡Me enamoré!
¿Me equivoqué? (Contéstame)

XRZ

Giroscopio de una historia (en tres actos).

I

Amanecía en el Zócalo y yo deambulaba por calles llenas de historias varias, buscaba refugio del hambre y del sueño, un lugar donde el descanso no llegara y pudiera tener los ánimos para proseguir el resto del día. Me detenía ante las promesas de un aroma que revivía el alma, el ardor de granos en una danza circular, intentaba vislumbrar un camino con mi olfato hacia el origen de dicho aroma. Giraba en las esquinas de acuerdo a la intensidad del olor en el aire y recorría sombras de edificios aún durmientes.

Logré profanar una guarida donde pude dar rienda suelta a mi necesidad de inspiración y comencé de nueva cuenta aquél libro que habla de tigres de bengala en una playa de Cuba y de los deseos de muerte que conviven con los de supervivencia. Sacié mi sed y mi hambre por unos instantes, tomé fuerzas necesarias para realizar mis más inmediatos anhelos, salí del lugar con un poco más de fuerza anímica y me dirigí al epicentro de las mismas calles, a la plancha del Zócalo, donde sabía que encontraría un cúmulo inpensable de frustraciones, pero mantenía la esperanza de que alguno de los muchos libros que vería estaría dispuesto a saltar a mis brazos para que le llevara a mi casa y fuese devorado por mi curiosidad.

Caminaba lenta y pensativamente, queriendo crear una nueva historia, un nuevo universo donde no tuviese que luchar contra nada que no pudiera vencer. Inmerso en fantasías mediocres. Un fantasma del pasado saltó a mi encuentro en esas calles tan hipócritamente remodeladas, personaje singular. Siempre me resultaba incómodo hablar con él, pareciera que buscaba afanosamente mantener una plática por insoportable que le resultaba el silencio, de carácter introvertido y con ademanes dementes, me consternaba y preocupaba. Llegaron veces en las que claramente le ví abalanzándose sobre mí para estrangularme, o convencerme de que le acompañe a un lugar donde mi cadáver estaría esperando.

Continué mi camino, ahora acompañado por una preocupación andante, nos dirijíamos "casualmente" al mismo lugar (hubo de cambiar su rumbo, o en todo caso su falta del mismo, para que concordara con el mío), preguntaba y yo respondía de la manera más corta que pudiese, casi monosilábicamente. Llegamos, y todo estaba silente, se comenzaban a ver pistas de actividad, de preparación para el evento próximo y sin embargo ese evento aún no estaba presente. Permití que mi acompañante se extendiera en explicasiones y preguntas mientras yo sólo anteponía un paso a otro. Con una clara visión de fracaso me invitó a visitar a un familiar a lo cual tuve que negarme y decir que yo partía decididamente rumbo a otro lugar. Me despedí y vi como por algunas cuadras me seguía para cersiorarse de que no mentía.

Busqué refugio y comodidad en algún lugar para averiguar donde se había quedado el Tigre de Bengala cubano.

Se conjugó el tiempo en pasado y yo me redirigí a mi destino primero, buscar algún libro que quisiera ser leído. No podía dejar que mi incomodidad de encontrarme, en un ámbito muy probable, de nueva cuenta con aquél fantasma, mermara el deseo de encontrar un acompañante de papel. Me paseaba entre los libros para que notaran mi presencia, para que advirtieran y analizaran si era yo el lector que esperaban. Las miradas se me escurrían, no resaltaba ante los libros, me miraban como se mira al semáforo, esperando el cambio de luz. Fué entonces que otro pasado encarnado me encontró, en forma de balance al encuentro anterior, ésta persona es agradable y resultó grato el reencuentro. A pesar de el gusto que resultaba escuchar opiniones revaloradas de una experiencia amplia, tenia una misión y no podía perder más tiempo, así que me despedí y me seguí mostrando a los libros.

Resignado al rechazo por los impresos, me alejé con cierto abatimiento. Entonces de entre las cajas de libros que aún dormían percibí la mirada esperanzada de uno y de inmediato me acerqué a cargarle y tranquilizarle, a prometerle que en la medida de mis posibilidades le llevaría lejos de esa prisión de cartón etiquetado. No cumplí mi promesa. Me alejé.

El universo gusta de entretenerse conmigo y el problema es que tiene un humor muy bizarro, pues ya cruzaba la calle cuando me encontré otra vez con éste asesino, que dibujaban mis temores, de aquél fantasma tan peculiar. Aunque ésta vez se vería igualar la balanza de desdicha con una llamada completamente inesperada, eras tú Ma Noir Cerise, salvándome del desagrado.

No me importó que haya resultado tu última esperanza, tu carta bajo la manga, tu último recurso. Acepté más que gustoso, en primera escuchar tu voz en un momento tan extraño pues creía haber olvidado o extraviado la cordura, y segundo que me invitaras a acompañarte.

II

Como llegué antes que tu belleza al lugar donde nos encontraríamos me acompañó Theo Uzcanga, quien me relataba la inseguridad de su soledad y recitaba versos de Francisco Hernández que conmovían mis más oscuros deseos. Después de unas cuantas páginas, Theo se disculpó y me dijo que tenía que despedirse pues iba a salir con la señorita MacLarty, y yo no quería obstruir la trama de la historia, así que despedí a Theo y le guardé en mi morral. No me percaté del movimiento en los relojes hasta que ví que unos guardias se retiraban a su merecida hora de comida. No llegabas. Busqué entre los caudales de rostros el tuyo, no me resultaría difícil ubicar el brillo de tus ojos, la carnosidad tentadora de tus labios o lo contagioso de tu sonrisa, en fin la armonía de tu rostro y la belleza que conlleva serían fáciles de ubicar entre tantas almas confundidas.

Pasaste abstraida en tu pensar y de forma imparable, bajando las escaleras te encontré junto a una víctima más de tu beldad. Partimos entonces al lugar de tu invitación. Era inevitable y demasiado notable vislumbrar la atróz diferencia entre tu y yo, por tu parte irradiabas emoción y hermosura (podía llamarte lindura y sería lo más cercano posible a la verdad), por la mía no lograba más que personificar el desgaste y la desesperanza, lo maltrecho de la vida misma; éramos opuestos, polos distantes.

Llegamos a la cima de la ciudad o al menos a una de ellas, de donde se podía apreciar la voracidad de una población urbana y la expansión de concreto y electricidad. Fuimos recibidos. Yo desentonaba y tu resaltabas. Una sonrisa invadió mi rostro demacrado.

Tu rostro cambió al ver a un infante, se llenó de ilusión. La madre te lo extendió en sus brazos y tu lo tomaste como uno de los tesoros más apreciados por la humanidad, lamentablemente la niña quería a su madre. Lloró. Cuando por fin pudiste estar cerca de la niña no parabas de mirarle y yo a ti. Nunca he tenido una buena relación con los niños tan pequeños y pareciera que ellos encuentran interesante mi actitud tan distanciada de ellos, así que no lloró y por momentos se me quedaba viendo. Tu fascinación por la niña era evidente y la madre se regodeaba en que fuese su hija, pude ver el orgullo que una madre porta entre brazos y los sacrificios que esto requiere. Tal véz me guste la idea de ser padre, sólo tal véz.

El silencio nos acompañó a la mesa por unos momentos y tu lo interrumpiste con una propuesta súbita: que te acompañara por el resto del día a que atendieras otro compromiso. Dudé. No estaba en condiciones. No tenía razón alguna para no aceptar. Acepté. Pero requería cambiarme la ropa. Expuse mi preocupación y aceptaste un desvió a mi casa. Me complaciste ese único deseo.

El frío mermaba mi condición, pero me mantenía despierto. Decidiste retirarnos. Nos despedimos y la buena ventura nos fue deseada en monedas de chocolate. Emprendimos el camino a mi casa y tu te agotaste. Al llegar pedí al chofer del taxi que me esperara, al entrar a mi casa atine a saludar y a cabiarme toda la ropa, despedirme y salir. Antes de que mis prendas tocaran el suelo, ya había nuevas cubriendo mi desnudez. Te regresé y agradecí la atención que habías tenido otrora al prestarme una prenda.

Rumbo a casa de tu tía no pude más, la emoción del día extirpaba de mi la poca fuerza que quedaba y yo pretendía brindarte mi ser hasta los confines de la Tierra así que decidí ahorrarla, y me recargué en tu regazo. Dormí por unos instantes. Me confesé sorprendido por adentrarme nuevamente en rumbos donde sentimientos llacían enterrados. Ésta vez entraba en las regiones de mi memoria con un torpe gesto que podría pasar por el nombre de sonrisa.

Al llegar me sentí intimidado por lo familiar que resultaba la reunión y lo ajeno que yo era. Entre risas e historias que me avergonzaban entablé conversación con tu familia, de menos la presente. Tu padre me causó conmosión, no fue lo imponente que quería verse o asegurarse de mi condición anunciada, fué el hecho de que compartíamos semejanzas.

(Entonces todo aquello que me relataste tomo sentido, esos conflictos que enunciaste se justificaron en el carácter de tu padre. Procura y busca proteger de cualquier daño a ti y a tu familia, sin embargo conoce cuales son sus limitaciones y le molesta no poder librarlas.)

Mantiene un espíritu joven y alegre, jovial. Pero se limita ante el extranjero, ante mi. Al ver a tus padres me percaté de que eras herencia de ambas partes, que tu hermosura era resultado de un amor latente entre ambos. Por ser festejo de cumpleaños y por una tradición tan arraigada en el inconciente histórico de nuestra cultura, hubo que culminar los protocólos del aniversario con un pastel. Después del pastel te paraste a bailar, fué entonces cuando me perdí entre la gracia y felicidad que se desprendían de ti al girar.

Miraba azorado como te movías y girabas, envidiaba tu gozo. Me percaté de que mi ineptitud para la danza se veía compensado con una capacidad única de apreciar tu belleza en movimiento, en plenitud. Deseaba acompañarte, deseaba que de alguna manera inesperada pudiera ser besado por Terpsícore y aprender las artes del baile. No se bailar. Permanecí sentado. Observaba. Disfrutaba verte, me enamoraba tu cadencia. Me enamoré.

III

Entre risas y dubitaciones, los restos de alegría se iban acentando en los sillones y muebles de la casa. Tu padre marcó la hora de partida y no se presentaron revoluciones ni escapes. Comenzó el ritual de despedida y extendí agradecimientos acompañados de una torpe sonrisa. Me pensé otra vez con cinco años, no sabía que hacer e imitaba lo que tú. Te seguía.

La incertidumbre de mi destino cayó en ese momento sobre mi, tenía la certeza de seguirte hasta lugares desconocidos por el conocimiento e incomprensibles por la razón, sin embargo existía un límite, un lugar sacro donde mi presencia podía resultar profana: tu casa. Podía refugiarme en la vida de la noche, pero no en su letargo; si bien entre la noche y yo existe un pacto de cordialidad, no lo es para con sus habitantes. Temí por dos eternos segundos.

Me dejé arrastrar por el aroma de tus cabellos y cual río, fluí.

Buscaste sacarnos del santuario a toda costa; raptarme del rapto que habías cometido horas antes. Querías perdernos en la noche y retar al día a encontrarnos. Pero a pesar de tus esfuerzos el guardían del recinto te lo impidió. Simplemente no.

Tu rostro de frustración causó gracia en mi. Puchero. Te sentaste junto a mi y cruzaste los brazos en ademán de reprobación por que no tienes lo que querías, mientras yo me reía en silencio de la escena que enmarcaba la luz de una lámpara. Pasado tu homenaje a un berrinche, comenzaste a platicar. Yo te oía embelezado por la tonalidad que adquirió tu voz en la penumbra. Nos interrumpió tu hermano para relatarnos la fantasía en la que estaba inmerso, fantasía que reconocí por haberla visto antes; me enteré de que te molestó no tener mi atención y por lo tanto mandaste a tu hermano a los brazos de Morfeo y nos mudamos de sillón.

Me otorgaste todo un equipo para dormir, me sorprendió que recordaras mis costumbres en el sueño. Reíste al brindarme un arma química para los nefastos mosquitos. Me instalé. Expresaste tu inconformidad con el final de la noche y te quedaste a platicar.

Me quité la camisa y me ofreciste una playera para cubrir mi impúdica desnudez, la acepté. Saliste de la habitación y reí un poco. No supe a bien si la playera tenía como función cubrirme o hacerte reír un poco, de igual forma me la puse y sirvió para ambos fines.

Teníamos compañía. Una pelusa enorme que se hacía pasar por felino, honestamente a mi no me convencía del todo pero tu estabas segura así que tuve que creer que era una gatita. Me resultaba familiar. Una curiosidad familiar, una mirada aprehensiva, una ingenuidad conocida. Me recordaba a alguien; más tarde averiguaría que me recordaba a la lindura que estaba recostada junto a mi.

Hablamos del pasado, del presente y de cosas tan efímeras como éstas letras que expresan mi sentir. Luchabas contra el cansancio y lograbas victorias por momentos. Yo luchaba de igual forma, pero no con el sueño, sino con mis deseos de acariciarte, de sentir tu cabello entre mis dedos y percibir el aroma de tu cuerpo; luchaba contra mi. Batallaba con la parte más siniestra de mi persona, aquella que busca satisfacer todo deseo sin importar nada, con una pulsión vampirezca.

Estaba en conflicto, por una parte podía ceder ante mis deseos y desatar una seducción; por otra parte quería mantener intacta tu hermosura, no quería cometer sacrilegio. Preferí dominarme. Escucharte y perderme en tu voz para no ceder. Sin embargo era latente esa infernal pasión. No quería convertirme en el demonio que puedo ser. Lograste tranquilizarme, ignorándolo. Conté anécdotas e historas que preguntaste, averiguaste que soy un errabundo. Por fortuna no sospechaste que soy un demonio.

Invité al pasado a ser presente en la sala y escuchaste de él la historia que no conocías y que preguntabas cuando habrías de conocer. Pronto comenzaste a arruyarte con tu propia respiración. Decidiste retirarte antes de que el alba te sorprendiera en la sala. Me cobije con tu aroma y dormí.

Amaneció nublado, al ver el cielo me alegré. Tengo una extraña fascinación por esos amaneceres tan melancólicos, me gustan. Al despertar estaba acompañado por (lo que tu crees que es) una felina. Por no molestar a nadie me aisle en la música. Más tarde saldrías con rezagos del reino de Morfeo, te recostarías a mi lado y yo me perderí en los latidos de un músculo mitificado: tu corazón.

La cotidianeidad hubo de llegar y asignar las tareas del día, lamentablemente lo cotidiano me repudia y yo lo emulo.

Agradeciendo la posada me retire y te acompañé. Al ver el cielo supe que no sería otra vez, pero me mentí. Me despedí. Al girar exclamaste -¡Gracias!-; ¿Por qué habrías de agradecer a un errabundo algo? ¿Por qué habrias de sentirte agradecida con un demonio? ¿Por qué agradecerías, tú quien toda la gracia posee? -No, gracias a ti- contesté.

(IV

Culminó así uno de los más extraños y deleitables días de mi vida. Pude escuchar de nuevo tu respiración en la tranquilidad de la noche, pude enamorarme de tu gracia, disfruté ser compañía. Agradecí equivocarme en la soledad. Te agradecí.

Me perdí entre las multitudes, pereo no recobré el anonimato de la masa. Desentonaba. Iba sonriendo.)


SZ

miércoles, 7 de octubre de 2009

Palabras más, palabras menos.

El sol bañaba los árboles y las flores, éstas últtimas parecían estar encendidas y brillaban de forma tan bella.
Los colores estaban vivos, jugaban los azules y amarillos con el blanco; se confundían los morados y rojos entre las sombras de los verdes.

Un arrullo se formaba por las conversaciones y había adormecido al viento. Sólo se escuchaba la alegría. Estaba gente desconocida y conocida, algunos mantenían relaciones y otros las habían dejado en el pasado.

Te vislumbré entre los invitados, ibas de un lado a otro, sonriendo y saludando a todos y cada uno de los presentes. Inmediatamente te percataste del humo de tabaco consumiéndose en la pipa (un hábito que nunca pude dejar). Te acercaste, mostrabas tu blanca sonrisa enmarcada en un rostro bellamente bronceado, presumías tu vestido y lo portabas orgullosamente, como la niña que presume una muñeca nueva. Me abrazaste y tu aroma ahogó mi nariz por un momento. Te sonreí, sin embargo no pude lucir, como tú, la alegría. hablabas y reías, yo te acompañaba de manera silente.

Tus amistades reclamaban tu atención, te despediste y por un instante me perdí en el brillo de tus ojos. Besè tu frente y me despedí.

No volverías a escuchar noticia referente a mi.

Sabía que la próxima vez que nos encontraramos yo estaría portando un cajón de encino con incrustaciones de plata y luciendo la tranquilidad última. Se que no vasa derramar lágrima alguna, vas a estar sonriendo por que te darás cuenata de que tuve razón y me sonreirás una vez más.

lunes, 5 de octubre de 2009

Ma Noir Cerise

CAZADOR
Soñé:
Le ví pasar, entre los tersos terrenos de tu piel.
Corría agilmente entre tus relieves, huía.
Me aventure a las suaves praderas, al valle,
y caminé durante días entre la sensualidad
de tu cuerpo. Busque de un lado y busqué
también del otro.
Olvidé al tiempo, lo mismo pasó con el hambre y
el cansancio. Perdido estaba en tus caderas
buscando a mi presa,siguiendo un rastro confuso.
Adentrándome más y más entre tu anatomía.
Llegué a los confines de tu espalda,
amplia y desierta, que como el mar,
a la Luna reflejaba.
Azorado esperé en silencio.
Algo insospechado esperaba, quizás
que súbitamente te encontrara.
La desesperación llegó a hacerme compañía,
la expulsé con gritos y llantos de la bahía.
Al verme extraviado en tu belleza,
decidí refugiarme de lo intempestuoso de tu carácter,
esperando a que volviera a brillar una sonrisa en el horizonte.
Pasaron así las vidas, buscando y perdiéndome
en tí.
Moría y nacía con el mismo día. Tan rápido era
el cambio que no me permitía aprender
la topografía de tu hermosura. No sabía.
No conocía la extensión de tu, lindura.
Me resigné a extinguir la existencia. Abandonado
en lo más recóndito de un cuerpo ajeno. Caminaba
por tu vientre para llegara tu ombligo y allí
hacer de él una tumba para todas mis esperanzas.
Quería ahogarme en tí y morir con caricias.
Vislumbré a mi presa bebiendo de tu ombligo
y se renovaron mis deseos. De manera sigilosa
me acerqué, ocultándome lo mejor posible.
A pesar de los esfuerzos, me descubrió
y se alejó de manera despavorida.
Rumbo al norte.
Transcurrieron un par de eternidades
antes de acercarme a la guarida de
mi presa. El trayecto fue extenso
y fatigoso. Agotado decidí permanecer
en la cuenca de tus pechos hasta el amanecer.
Veía a mi presa, descansando igualmente
en el acantilado que se forma entre
tus carnosos labios. Entonces me percaté
de que mi presa era un ósculo.
Una conversación entre lenguas silentes.
Mudo diálogo.
SZ


Si me besaras hoy
mis labios te sabrían a limón.
Si me besaras mañana
en ellos chocolate encontrarías.
Pero si nunca me besas
los labios a cobre te sabrían.
Si te besara hoy
mis labios arderían como carbón.
Si te besara mañana
a mis labios de miel bañarías.
Pero si nunca te beso
todos mis deseos se morirían.
Si te acariciara hoy
tendría que pedirte perdón.
Si te acariciara mañana
(siempre)
en los altos cielos flotarías.
Pero si nunca te acaricio
varias estrellas morirían.
Si me acaricias hoy
brillaría como luz neón.
Si me acariciaras mañana
(jamás)
en la vida te arrepentirías.
Pero si nunca me acaricias
los astros se perderían.
SZ

jueves, 17 de septiembre de 2009

Proposición Aventurada de una Mañana

Proposición Aventurera a una Mujer

Al compás de las gotas marcaba el paso de mi andar. Habrían de ser los primeros pasos hacía las desconocidas tierras del futuro en brazos del destino. Una euforia inundó mi cuerpo y provocó que mis pies quisieran evadir la gravedad para destrozar la distancia.

Pude escuchar de la lluvia las profecías que anunciaban una noche por demás duradera. Sonreí ante tal noticia y ansioso busqué entre las olas de rostros inigualables e irreconocibles, una persona que compartiera la promesa de la lluvia. Fue entonces cuando te ví, con esa mirada hechizante, observabas el pasar del tiempo y parecía que te incomodaba su lentitud. Me viste. Antes de hablarte tuve la oportunidad de observar a través de tan bellos ventanales de tu alma una alegria creciente, y cuando las puertas de tu verbo se abrieron salieron tus deseos con una gracia entonando las melodías más apasionantes y provocadoras que haya escuchado. Me solicitaste esclareser el futuro de la noche y torpemente respondí que faltaban personajes para nuestra aventura.

(Tu aroma. Tu aroma me envolvió. Tu sonrisa fue la carnada perfecta para que callera ante tu aroma. Me tomó por sopresa y me aprisionó. Sujetó mi razón y la arrastró por las zarsas prohibas de lo etéreo para después aventarla al barranco de lo real. De primera instancia todo era rosa, sin embargo después de recuperarme del todo pude distinguir que eras tu quien el rosa era. Guardé silencio y gasté cada uno de los instantes observándote; el mundo fú es y será a mi alrededor, pero yo no era del mundo por ese pequeño, infinito, silencio).

Atendiste mi petición de cobijo ante la lluviaa, me brindaste una armadura para combatir el frío y yo te lo agradecí. Nos encontramos con los demás guerreros, con otros deseos y otra ilusión de mi hermano en armas, del guerrero más formibdable, de Maggog. Subimos pues al carruaje escarlata que era tirado por caballos alimentados de ilusiones, deseos y esperanza. Nos adentramos en los terrenos de lo desconocido y lo pasamos de largo, tuvimos qe tomar un nuevo rumbo para poder llegara a una posada donde la euforía, la descepción y el desengaño convivían en una mesa.

El tiempo se perdió, no pudo acompañarnos en nuestra celebración. Así que aprovechamos su ausencia. Fue pues entre las risas, la euforía, las lágrimas ahogadas en la garganta de una guerrera y los himnos cantados a los amores perdidos que me percaté de que no podía desviar mi atención de la rosásea figura que enmarcaba tu sonrisa. Me di cuenta de que estaba atrapado en tu mirada, en un hechizo de tu alma. Intenté luchar y mantener mi postura ante la desventura que se desprende de la ilusión, intenté huir de tus brazos, escabullirme de tu aroma que me tenía atrapado; no lo logré y caí ante tu magnificencia.

Llegó el tiempo y de mal humor así que tuvimos que retirarnos a una guarida don el sol no derritiera las ilusiones forjadas de cera de luna. Caminamos por senderos maltrechos al lado de nuestro carruaje. Emulabamos a guerreros retirandose del campo de batalla.

Llegados a la posada había restos de un banquete y algunos de nuestros compañeros agradecieron a los dioses el saciarse tan rápido y permitir que pudieran saciar el hambre. Yo por otro lado lamentaba la herida sufrida, un ardor carcomía mi pecho deshacía mis entrañas así que me retire a continuar la batalla que ahora tení de escenario mis adentros. Escachaba al caballero Le Canit narrando nuestras hazañas y departiendo filosóficamente con Nietzche y Platón, habilidosamente demostró la torpeza de sus teorías y pudo concretar todos sus conocimientos de manera tan perfecta que el uso de la palabra resultaba grosero para exponer su teoría.

Quitaste el velo de mi rostro para alejar las manos de Morfeo, para asegurarte que tu dominio se mantenía vigente. Preguntaste si lo anterior era cierto y asentí. Mantuviste el cuestionamiento por un os momentos y luego aceptaste la invitación para poder descansar de la batalla, me ofrecí como el velador de tus sueños y aceptaste. Al aceptar ví como la cordura se retiraba por la puerta.

Súbitamente mis dedos comenzaron a tener independencia de mi pensar, se movían grácilmente entre tus cabellos, en las orillas de tu piel, buscaban un lugar donde descansar, resguardarse de mi negación. Mi respiración era una cuna formada de lo etéreo, tu descansabas en ella. Me ahogaba entre tu cuerpo. Tu pecho arrullaba a la mañana con un ronrroneo encantador. No era más que tu resguardo, todas aquellas caricias se perdieron y fueron muertas por el sol.

martes, 8 de septiembre de 2009

May the life be.

La mañana no pedía ser atendida, lu lluvia me arrullaba, la alarma gritaba desesperadamente, las sábanas me cubrían de la temperatura.
Armado tan solo de mi piel tuve que levantarme de una cama que pareciera abrazarme, dirigirme al baño y girar más de 520° una llave y otra en 450° para regular una cascada de agua, que por tradición, habría de limpiarme y quitarme la pereza.
Una vez despabilado y escurriendo pude esbozar una de esas sonrisas que pocas personas han visto en mi peculiar rostro. Sabía que el resto del día habría deestar nublado y pensaba disfrutarlo de la misma forma en que muchos lo detestan. Pero si permanecía desnudo ante la ventana seguramente me arrepentiría de ser tan estúpido como para no disfrutar el día vestido.
La mayoría de los días nublados gusto de salor monocromático en las vestiduras y por lo general es de negro, como muchos de ustedes que me conocen asocian a mi persona. ddespués de haber tomado un desayuño mexicano ( que consta de una preparación sencilla y emulando al inglés, refiriéndome al reino de la isla, en este cas o fueron unas sincronizadas y café)salí a las azarosas calles de ésta ciudad y dejé que el día y la vida fuera.

domingo, 17 de mayo de 2009

Revolución

Lo sé, es muy presuntuoso intitular cualquier artículo de ésta manera, sin embargo es muy buena campaña publicitaria.

Recientemente aquellas personas que tenemos un contacto cercano con lo popular de nuestra complicada sociedad, hemos visto pasar anuncios de una las televisoras que mantiene el monopolio de lo que escazamente son las transmisiones de televisión pública en colaboración con el gobierno de ultraderecha que erróneamente nos corresponde (ésto es Televisa y un gobierno del Partido Acción Nacional). El proyecto de celebración de dos movimientos sociales tan significativos para la historia de nuestro país y el sentimiento de nacionalismno inculcado en la otrora juventud, se está desarrollando a cargo de la antes mencionada televisora y a su vez los diferentes gobiernos estatales y municipales se están beneficiando por la exclusividad que a dicho proyecto le brindan, patronizando los emblemas de los movimientos de Independencia y Revolución.

Destaca también la peculiaridad de que no se mencionan como movimientos populares, se les resta la parte tan importante de la organización social que estuvo detrás de ambos. Se les categoriza de eventos sin un predecesor de descontento, simplemente son hechos históricos. En varios museos (por ej.: el museo de la Alhóndiga de Granaditas) se omiten los provocadores del Movimiento Independentista, señalándolo como una acción altruista por parte de un párroco que tuvo la capacidad de congregar la suficiente carne de cañón para iniciar una sangrienta revuelta en contra de los hacendados y figuras públicas del virreinato. Son ignorados los tratos de sobrexplotación, maltrato y miseria que ocurrían a manos de los dueños de los medios de producción, se deja a un lado el descontento social que la pedantería de los peninsulares provocó en los criollos, no se expresa en ningún lado todos los limitantes que se establecían por parte de la Corona Española para evitar el desarrollo económico,político y cultural de nuestra gestante nación. No se nos permite conocer éstos aspectos pues podrían devenir en un análisis de nuestro contexto actual.

Toda esta crítica resultó de una práctica de campo por parte de la FCPYS y la lectura de una obra llamada Idilio Bucólico y otros textos del joven potosíno autor del primer libro de poemas eróticos a sus veinte años, José María Facha (1879 - 1957) cuya introducción hace Ignacio Betancourt, en ésta se plasma como es que la Iglesia Católica Apostólica y Romana es capaz de callar y asesinar el acreditamiento público de alguien que decide evidenciar las hipocresías de una institución tan avariciosa. Sin embargo lo destacable de este libro no es tanto el material del autor sino el contexto que dibuja el investigador (Betancourt) y la capacidad de sepultar un libro por casi 100 años. Es de temerse la capacidad que tiene la iglesia para manejar y disponer de sus incomodidades.

En una época donde el gobierno coludido con la iglesia y el capital extranjero (estoy hablando del Porfirísmo aunque parezca noticia de último minuto) mantienen el control sobre el pueblo y alimentan el descontento del mismo, es necesario que el pueblo manifieste su molestia de una u otra forma, que exprese su inconformidad y actúe en torno a ello. El caso de Facha llama mi atención, por que no le bastó atacar mediante las letras, tomó acción en diversas manifestaciones y dió a conocer públicamente su desprecio tanto a la hipocresía de la iglesia como al abuso de poder por parte del gobierno.

Así es como me gustaría invitarles a proclamar su descontento ya sea de manera articulada o por medio de los diverso espacios que encuentren para expresarse, solo espero que no caigan en la mediocridad del conformismo y permitan que nos eduque a placer de los intereses mercantiles o de avaricia ya sea por parte de un gobierno que busca eliminar la privacidad y libre pensamiento de los individuos o una iglesia que intenta fomentar una verdad absoluta e irracional para el origen y cause de las cosas.

jueves, 23 de abril de 2009

Encanto de un pasado.

Siempre se ha escuchado hablar, bastante, de libertad y aún más de los libertadores, éstos últimos son vanagloriados por las generaciones venideras, sus hazañas se proclaman en los anales de la historia, sus vidas son estudiadas, sus errores olvidados, sus defectos ocultados, dejan de ser hombres y se convierten (los convertimos) en semidioses, como lo fué el gran heracles en la mitología helénica;son emblemas, ejemplos, íconos.

No conozco país algunoen el que no exista ésta cuestión de los héroes, de las leyendas, de ser así (en mi suposición de un caso hipotético) ha de ser una región deshabitada pero de igual forma se generarían leyendas en torno ha ésta.
En el caso de México existe un gran número de héroes tanto locales como nacionales, de igual forma existen los villanos que son las personas satanizadas a tal grado que el pueblo les odia por tradición ambos casos son provocados por una herencia de la religión judeocristiana y su visión de bien y mal, desde mi punto de vista. La idealización y satanización de este gran número de personas se dá , creo yo, por su desenvolvimiento en la historia de nuestra nación y el sentimiento tan nacionalista del pueblo. Un nacionalismo por demás complicado, por la existencia-inexistencia del mismo, ¿será que sólo es la euforia de la fiesta lo que acarrea el sentimiento? El interés siempre ha de despertar en nosotros por alguno u otro motivo, en mi caso busco los datos más objetivos sobre las vidas y acciones de las personas emblemáticas de nuestra historia, un hábito acarreado a traves de las poco más de dos décadas que tiene mi existencia.
Es el interés el que originó una práctica de campo con la finalidad de comprender las causas de un movimiento tan importante y marcado en nuestra historia como lo es la Guerra de Independencia, que fue confabulada y conformada por los más diversos actores y hasta la fecha es de los evevntos que más, sino el que más, se celebran. Acercándose a los primeros dos siglos de haberse realizado, con el bombardeo de los medios al respecto y un gobierno que hace hasta lo imposible por legitimizarse y ganar gente para mantener el poder nosotros buscamos en los lugares de origen una iluminación, una epifanía de la “verdad” .
Con un ímpetu (y apatía) representativo de nuestra juventud, perdonando la exageración del evento, nos aventturamos a los mismísimos lugares que vieron gestarse y llevar a cabo tan importante evento. La Guerra de Independencia.
Nuestra aventura comienza (y casi termina) sorteando al mounstro de la burocracia, una vez librado ese obstáculo se dió la inasistencia y un pequeño retraso, sin embargo todo se fue realizado de acuerdo al plan. Después de aproximadamente cuatro horas llegamos a San Miguel de Allende donde me percate que los recintos católicos son el reflejo de los mismos pueblo, un indicador de la condición dfe la gente que mandó contruir dicha estructura. El estilo gótico no lo había visto tan apegado a la usanza europea como en aquél edificio. Una plaza muy abierta y calles angostas. No podría decir mucho pues el tiempo fue muy corto para catalogar al municipio. Un lugar naranja, tanto por el color de sus casas como por la luminidad que irradia la misma tierra.
Nuestro siguiente destino fue Atotonilco, donde pude ver el dominio de la iglesia sobre la vida de las personas, la agresividad de los medios y el miedo que se infudía en los oriundos del pueblo. Un despliege de fuerzas militares similares a los que hacen los gobiernos.
Dolores Hidalgo siguió en nuestro recorrido, lugar natal de “El Cura Hidalgo”, el centro no era tan ostentoso como lo fué el de San Miguel de Allende pero mostraba mayor infraestructura que Atotonilco. Tanto en Dolores como en Atotonilco presenciamos la restauración de los templos, una acción del gobierno por demostrar su caracter “democrático” y su “apoyo” al pueblo; acciones interesadas y superficiales, si anteriormente la Iglesia y la Milicia ibérica eran el opresor ante el cual los criollos se levantaron en armas dirigiendo a pueblo, no veo que tan diferente puede ser un gobierno coludido con la Iglesia, aquella donde la corrupción y pederastía carcomen la confianza de un pueblo maltratado, y de igual forma con los cuerpos militares y paramilitares que suprimen, oprimen y satanizan los movimientos populares, pero eso sera tema de otro momento.
Para finalizar el recorrido del primer día arribamos a Guanajuato, llegamos mientras el Sol se ocultaba y el movimiento víal continuaba, una danza aentre peatones, automotores y luces que me recordaron mi ciudad natal (el Distrito Frederal); hasta entonces uestro viae sólo había logrado despertar interés por el pasado, no por el presente siendo así que la comitiva se dividía en grupos pequeños, cada quién estaba con los que considerab sus amigos sin importarle los demás. Caminamos hasta llegar al hostal, maravillándome con la arquitectura del lugar, cierto es que mi iudad está contruida sobre un lago y por tanto le hace extraordinaria (agregando otros aspectos claro esta), la ciudad de Guanajuato estaba construida entre los cerros, amurallada por el hombre y protegida por la geografía. Lo anterior despertó un asombro en mi, una gran necesidad de explorar los rincones de la ciudad, saber que es lo que pintaba en sus calles hoy día.
Después de una serie de decisiones tomé junto con mis amigos la habitación más grande del hostal, la cual serviría para otros menesteres en las siguientes horas. Salimos a caminar buscando callejones y sorteando calles, compartiendo la alegría de una estudiantina, asombrándonos con la estructura de la ciudad, vagando entre pasado y presente. Llegamos a los acueductos que parecían haber sido tyraidos de alguna ciudad europea o de alguna película de fantasía. Las fotos no se hicieron esperar, tampoco lo hicieron los demás así que seguimos caminando. El viento trajo a nosotros una noticia que solicitaba nuestra presencia en el Teatro Juárez, así creció tanto las personas como mi conocimiento de los aspectos de la vida de la época independentista.
El hambre y el cansancio reclamaban la atención de algunos, no sabría si había un llamado para mi también de haber sido así lo ignoré totalmente. Ofertas y oportunidades saltaban a mi vista para extraer esa vida de la ciudad. Finalmente decididos, un pequeño grupo, nos aventuramos en la oscuridad iluminada de los locales, otrora edificios dedicados a la salvaguarda de los propietarios de minas. La música ensordecía y las luces cegaban, sin embargo invocaban a la euforia. Ocho fuimos los valientes, los retadores de la suerte, arriesgamos el orgullo, la vergüenza y el temor. Entonamos himnos populares con gracia y soltura, brindamos por las oportunidades que se presentaban en nuestras vidas, vivimos y lo compartimos entre nosotros. Sin embargo teníamos compromisos y nos retiramos a nuestra cita.
En el hostal se había librado una dura batalla con el cansancio, a pesar de ello fueron pocas nuestras bajas y continuamos la batalla. Convivimos, nos conocimos un poco más, alguno seguían desconfiando los unos de los otros y se recataban a sus círculos inmediatos; el cansancio fue tomando más víctimas, la estrategia no era librar batallas por separadas sino unirnos en conjunto y ponernos en pie de guerra, así lo hicimos. Vencimos al pudor y nuevamente a la vergüenza, ésta vez eramos un mismo cuerpo que retaba al cansancio y cada que pasaban los momentos ganábamos terreno. Finalmente la victoria nos perteneció, dejámos atras inhibiciones, tradiciones, pudor e inseguridad y ganamos confianza, valor y diversión.
A la mañana siguiente se pudo aprecia el campo de batalla, era impactante.
Lo cotidiano emprendió su comienzo, dimos riendda suelta a tradiciones de nuestro estilo de vida diaria, disfruté el amanacer, como el sol pintaba de nitidez las colinas e iluminaba los edificios de clores brillante, no pude hacer más que admirar los efectos embriagadores de un bello paisaje y me dije -en algún otro momento de mi vida he de regresar a ver como amanece Guanajuato a través de un balcón-. El baño fué y el dfesayuno igual, ahora despertábamos con una mirada pícara, nos veíamos con deseos de olvidar el pudor.
Continuamos con el recorrido, pero ésta vez pareció gris, el tiempo no estaba de nuestro lado ésta vez. Nos adentramos a la Alhóndiga de Granaditas y ví los efectos de un gobierno federal altamente conservador.Salimos y yo me apuré, debía conseguir a toda costa una bebida que tuviera facultades para replicar el milagro de la resurrección, lo conseguí.
En el trayecto a Morelia quede asombrado por las lagunas de Michoacán, tanto por su extensión como por su maltrato. El tiempo nos había dejado a un lado y continuó su trayecto. Llegamos retardados pero dispuesto a ingerir alimentos, decidí que habría de probar algo típico del lugar. Después de la comida nos dirigimos a uno de los timos más divertidos que he presenciado, la explicación de la casa de Morelos pues a cambio de satisfacer nuestra hambre de conocimiento el guía tuvo que descubrir su hambre de sustento económico. Una sonrisa de ironía se dubujó perfectamente en mi rostro y quien pudo verme tuvo que compartir conmigo el momento.
Llegamos a la preparatoria no. 1 de Morelia y me questioné que tan maravilloso habría de ser estudiante en un edificio con una estructura tan formidable como lo era aquella, surgió en mi un deseo de ser estudiante en un antiguo edificio e intentar extraer el conocimiento histórico de los mismos cimientos.
Quedaban dos lugares más por recorrer y los ánimos decaían lentamente. El hastio se adueñaba de mi, el camión me parecía una diminuta jaula que me aprisionaba. Tanto Charo como Indaparapeo me resultaron insípidos, no puedo negarles la trascendencia historica, sin embargo el viaje había terminado para mí en Morelia. Quizas se deba a que me percaté de que había terminado, que no habría marcha atrás. El transcurso desde Indaparapeo hasta la ciudad de México fué decadente, quitando los pequeños momentos que compartíamos nuestra vida y confesámos nuestros temores.
Poco más de cuatro horas estuve prisionero en el camión, desesperándome y buscando en que entretener mi ansiedad, por momentos lo lograba pero resultaba temporal la solución, finalmente opté pot el dueño y lo conseguí. Y así en sueños regresé a mi ciudad natal.

SZ
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