martes, 1 de diciembre de 2009

Alegría Estelar o ¿Estrellita mi Alegría?

La luna guardaba discretamente el silencio, el aire de la noche resultaba ominoso. Estábamos de nuevo en el carro, estábamos de nuevo dispuestos a divertirnos, a disfrutar la noche como si el amanecer no fuera a llegar, como si fuera el fin de la existencia; queríamos reventar el mundo y proclamar que pese a todo somos reconstruibles. Maggog, Red-O, Ruy, Ikeratto y Xudi.

'He aquí el relato de cinco jóvenes que nunca van a poder olvidar lo ocurrido aquella noche.'

Empezamos resolviendo un conflicto espacio temporal y tuvimos que retroceder más de dos décadas en la historia para que Ikeratto pudiera existir entre nosotros, así que fuimos al año de 1986 y batallamos contra una confabulación para eviar su nacimiento, regresamos cuando The Cult Heros decidian que no iban a llegar lejos con ese nombre, cuando saúl hernandez comenzaba a escuchar una cosa llamada brit pop, cuando los punks eran punks y no muñequitas manufacturadas por las grandes empresas de ropa y música, cuando el house era despreciado y sólo se oía en bunkers o almacénes; regresamos a una época donde lo efímero y exageradamente falso reinaba como tendencia popular, donde los colores brillantes resaltaban la decadente sociedad en la que éste país estaba inmerso. Regresamos a los ochenta.

Una vez alterada la línea de continuidad espaco temporal, por nuestra incidencia regresamos a ésta época solo para darnos cuenta de que había una reconsideración de la moda de aquellos años. No parecía nada normal e inclusive llegué a pensar que habíamos alterado de manera irremediable los sucesos que cambiaron drásticamente los contextos histórico-sociales que marcaron a la historia "universal".

Nos encontrábamos en un lugar pequeño y en el escenario dos seres bastante extraños, un hombre sin cabello en la cabeza y gafas hacía extraños sonidos con una cajita negra, pensamos que era un sintetizador y acertamos; sin embargo no pudimos estar preparados para lo que habríamos de averigua con el segundo especimen, era un andrógino (al estilo David Bowie, pero en una versión castellanizada a más no poder tal y como Gloria Trevi en sus dudosos pininos) que de manera indiscriminada mataba al silencio con estrendosos alaridos y distorciones en las ondas de sonido, pero mantenía un ritmo casi armonioso.

Mientras tanto Maggog entablaba conversación con lo que parecían unos jóvenes oriundos de éste universo paralelo y resultaron ser dos humanoides bicentenales que habían alquilado el cuerpo e dos jóvenes humanos para convivir (pude darme cuenta de su edad por la incapacidad de realizar movimientos bruscos, como bailar, y su inexpresividad, no se divertían pero tampoco hacían el más mínimo esfuerzo). Se hacían llamar N-Ri y A-lx, creo sinceramente no repare en memorizarme su número de serie.

Pronto averiguaríamos que Ruy, en ésta versión distorsionada de la realidad, era el vocalista de una banda que podría matar de una apoplejía a Abraham Stoker, pues se hacían llamar Los Dragulas y vestían ajuares de novia, capas de luchador mexicano, antifaces de historietas y senos inflables. Pareciera que la fama era su acompañante pues el lugar pronto se abarrotó de seguidores. Entre canciones nos olvidamos de donde o cuando nos encontrábamos y nos dispusimos a disfrutar los momentos, pues no teníamos certeza de que por nuestras acciones por el viaje en el tiempo se creara una crisis del multiverso y dejáramos de existir de un momento a otro.

Red-O se dispuso indagar los insumos de éste universo y se dirijió a lo que llamaremos barra de bar, después de unos segundos de observación pidió las bebidas que todos consumían; por razones de seguridad Ikeratto vigilaba la retaguardia del valiente catador. Una vez asegurada la no toxicidad de la bebida dispuso unas cuantas botellas para todos.

Por mi parte, observaba el comportamiento de los sujetos ahí presentes. Reparaba en detalles muy peculiares: su forma de bailar, de cantar, de corear, y de alarir confesiones. Súbitamente Ruy Cometa declaró al público, después de una lluvia de aplausos:

-Gracias. La siguiente ... la siguiente canción es muy especial. Es muy especial por que tiene dedicatoria. ¡Sergio se la dedica a Cerise! Ésto es "La Maldición"-

Al mencionar el nombre me señaló, como si yo fuese el dueño de aquel nominativo. Yo no era tal persona, nunca se habían referido a mi persona de esa forma, sabía que era Xudi, Xudi Ra Zaana. No reparé mucho en el detalle y busqué a la llamada Cerise, sólo para encontrarme con un rostro bellamente coloreado por las luces del lugar; sin embargo mantuve la distancia para no alterar de nueva cuenta este universo.

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