lunes, 23 de noviembre de 2009

Rebel Night

-¿Qué pasó lindura, dónde estas?-
-... Por el árbol de navidad.-

Serían las primeras palabras de una velada esperada, en tanto la imposibilidad de las imposiciones de Otelo ante la diversión de la noche, ante la complicidad de la luna creciente como mi descaro. Sabía de antemano que las ataduras establecidas por la coeción de una relación tradicional impedirían la expansión de las sensaciones. Yo sólo sonreía, veía como te hundías, Ma Noir Cerise, en la incertidumbre y cómo él se enfurecía, fingiendo que mi presencia era indiferente y no causaba incomodidad alguna; pude desatar una tormenta y eso no sería novedad sin embargo no tenía ganas de batallar con el ego herido de un personaje colateral en esta historia (la mía).

-¿Entonces van o se quedan?-
-Mejor pásame la dirección de lo de al rato y yo te alcanzo-
-Todavía no la tengo, pero te la mando en cuanto me la pasen-
-¿Pero si vas a ir?-
-Sí-
-Bueno. los veo luego entonces-

Se quedaron, intetaban descifrar que iba a ser de su futuro. Me despedí con una sonrisa retadora.

Caminé por la avenida, con una actitud que hacía tiempo no tenía, una actitud de desdén por los demás, tener esa sensación de que todo lo puedo conseguir. Me comía la distancia a grandes pasos, nada habría de detenerme. Tenía que llegar a un encuentro con el pasado. Tenía que verla, en eso habíamos quedado. Llegué antes de lo previsto y tuve que esperar unas cuantas canciones en mis oídos. No estaba ansioso, ni nervioso, tal vez un poco curioso de saber como era ella ahora, saber cual era su apariencia. Me quedé con la duda, cinco canciones después de haber llegado mi pantalón comenzó a vibrar y a causa de los audífonos no pude escuchar las notas de "Y volveré" que anunciaría la cancelación de la cita de la siguiente forma:

'Lo lamento Sergio,no te voy a poder ver hoy.ojala podamos vernos luego.kuidate.adieu.'

No había explicaciones y sinceramente no las quería, sería entrometerme más de lo que necesariamente me interesaba. Curiosamente no mermo mi ánimo, realmente no importó. Pareciera que lo estaba esperando, que era parte de la cita.

Pasaban las canciones y yo estaba formado para entrar al foro, me dolía la espalda ya de la mala posición en la que me encontraba. Maldije mi enfermedad y el no traer cigarros para torturar a mi garganta y pulmones en lo que habrían la taquilla, para no aburrirme. Pasaban las personas de un lado al otro, se veían ansiosas por entrar y disfrutar de un rito de adoración, yo me aburría esperando un cambio de escenario. Mientras observaba a las exóticas bailarinas de el local de a lado ví pasar un rostro conocido y casi olvidado era "la catastrofe sentimental de mi hermano" (al menos una de ellas) de nombre Beatriz; de lejos intentaba reconocer mi rostro, ya no era el que ella había visto hace ya un hijo,le confirme su sospecha y le llamé a que me saludara (no lo hubiera hecho) al abrazarme no supe como no me ahogué en su colosal ego, me pregunto por esto y por aquello y le conteste sin mucho entusiasmo, realmente no se para que le hablé de haberse quedado en un saludo sería un mejor recuerdo. Se despidió, había más asuntos que atender. Seguí en la fila, esperando.

Abrieron la taquilla y la espera concluyó, nos dejaron pasar, nos contaron cual ganado y no me importó. Quería dar por concluida mi misión y disfrutar un poco de la música.

-¿Cuántos?-
-Uno-
-¿Con disco?-
-Disco y Vinyl-
-Sólo tengo disco, no hay vinyl-
-¿No hay vinyl? ¿Qué pasó?-
-No trajeron el vinyl, eso ya fue pedo de la disquera-
-Esta bien, entonces sólo dame el disco-

Subí al foro y me instalé a dos personas del escenario para el mayor goze posible del evento. Mientras se llenaba el lugar yo me acerqué a la barra por una cerveza, completamente merecida, después de adquirirla y cuestionarle a Vincent Van Rock sobre los vinyles regresé a mi puesto. Ls gente se conglomeró alrededor del escenario conforme el tiempo pasaba, yo no tenía espectativa alguna sólo disfrutaba mi cerveza y observaba.

Me encontré con un sombrero que simulaba la piel de una vaca, bajo éste ví unos ojos grises que al percatarse de ser observados desaparecieron cuando la mirada fue desviada al suelo. Pude apreciar de igual forma que muchas madres iban a compañando a sus hijas como chaperonas, ésto resultó muy gracioso para mí y disfrute mi solitaria estancia. El perfume de señora se mezclaba con el olor a cerveza y sudor de los hijos, era bastante desagradable. De pronto un cabello azul y morado cosquilleo mi nariz.

-¿No te importa si me quedo adelante? Es que allá hay un guey bien alto que no me deja ver-
-No hay problema (de todas formas ya estas adelante), ya estás adelante (eso no fue buen movimiento)-
-Sólo quería asegurarme que no me ibas a empujar o empezar a manosear para quitarme-
-No suelo hacerlo...sin consentimiento y definitivamente sería para lograr todo lo contrario (que diablos acabo de decir)-
-Esta bien-
-(seguramente se está aguantando la risa de la estupidez que acabo de decir)-

Pasaban canciones y parecía que la chica de cabellos "morazulados" (es un termino bastante precario, lo sé pero no puede denominarse de otra forma a ese color de cabello, bueno a esos colores de cabello) no voltearía de nueva cuenta. Dejé mi botella vacía cerca de una bocina y me percate del aroma de la chica, frutal, bastante discreto aunque tambien podía haber sido opacado por los doscientos cuarenta y siete perfumes más que estaban en convivencia y abrumaban mi olfato.

-¿Te gusta la XX (dos equis)?-
-Sólo la ambar-
-¡¿Hay Ambar?!-
-Si, en la barra, sólo tienes que pedirla-
-Ja! y yo tomando ésto (dos equis normal), ahorita vengo. ¡Te encargo mi lugar!-
-¡A la orden (y simulen el saludo militar de mano en sien)!-

Me agradó la actitud de ésta chica, decidida. Pude ver como se perdían esos cabellos teñidos entre la gente y también ubiqué al tipo que causo que la chica se plantara frente a mi. Me descubrí sonriendo instintivamente cuando ella regresaba.

-¿De qué te estás riendo?-
-De tí-
-¿Te causo gracia?-
- No me mal interpretes, me da risa tu actitud y no de una forma peyorativa. Sólo pienso que eres muy decidida y que no te importa nadie más que tú, al menos aqui y ahora-
-Pues sí-
-No te molestes, tengo la mala costumbre de decir la verdad-
-Eso es bueno-
-No siempre-
-Pero al menos eres honesto-
-Tal vez demasiado-

Su mirada se perdió en mis ojos por dos segundoas, trataba de analizar como es que alguien pudiera decir la verdad sin reparos. No es fácil hacerlo de todos modos, hay veces en las quue la gente cree que miento, ortas que sólo me burlo o que digo las cosas por decirlas (usualmente eso es cuando expreso los sentimientos varios que se generan).

-Me caes bien-
-... (¡Ah órale!)-
-¿En serio te gustan los Rebel?-
-Pues no me desagradan-
-¿Entonces a que vienes?-
-Venía por el vinyl para un amigo, bueno en realidad el me mandó-
-¿Entonces no querías venir o qué?-
-Pues no lo tenía contemplado, pero tampoco me desagrada-
-¡Me llamo Dulce!-

Una carcajada escapó de mi boca y ella se quedó extrañada. Mi miró con enfado y se dió inmediatamente la vuelta. Me senti avergonzado, pero fue una reacción espontánea.

-Dulce, no te molestes, no tiene nada que ver contigo-

No volteaba

-Dulce, yo conozco a una persona que se iba a llamar así y que me iba a acompañar hoy-

Apresuró el resto de su cerveza y no volteó. Error de mi parte, en fin mejor sería moverme del lugar. Comenzaba a buscar un lugar no tan alejado del escenario pero distante de la molesta Dulce de cabello morazulado.

-¿Tu burlas de mi y ahora te piensas ir?-
-Para no incomodarte, lamento que te hayas sentido ofendida pero realmente no tiene nada que ver contigo. Simplemente me pareció cómico el hecho de que te llames así-
-Mi nombre no es ningún chiste-
-Lo sé y me disculpo por la ofensa-
-¡No quiero tu disculpa!¡Quiero otra cerveza!
-Pues ve a comprarla, yo te cuido el lugar-
-No. Tu me ofendiste, asi que ve tú y yo cuido el lugar-
-Esta bien (nada tonta, me recuerda a alguien. No, son alguienes, me recuerda a alguienes: Una cereza oscura y una niña que se siente gato)-

Mientras me abría un sendero entre la gente pude vislumbrar a un integrante de la banda estelar de la noche, así que saqué el disco que se estrenaba hoy y le pedí que lo firmara con una dedicatoria a Jorge, aunque ese no sea mi nombre. Ahora sí, dos ambar y de regreso con Dulce, no puedo evitar sonreir ante las cosas que uno puede percatar de manera muy subjetiva. Gracias destino por compartir un poco de tu bizarro humor.

-Aquí está, pedí ambar-
-Gracias, disculpa aceptada-
-Sabes hacer negocios-
-Si tu lo dices. Pero no me has dicho tu nombre-
-No. ¿Lo quieres saber?-

Puso una cara de extrañeza, jamás le habían preguntado semejante cosa.

-No lo sé. Supongo que si-
-Sergio-
-Eres extraño-
-Soy único y por fortuna irrepetible-

Sonrió, tenía unos dientes muy blancos, normales en los rostros de las chicas. Una sonrisa llamativa.
...

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