lunes, 5 de octubre de 2009

Ma Noir Cerise

CAZADOR
Soñé:
Le ví pasar, entre los tersos terrenos de tu piel.
Corría agilmente entre tus relieves, huía.
Me aventure a las suaves praderas, al valle,
y caminé durante días entre la sensualidad
de tu cuerpo. Busque de un lado y busqué
también del otro.
Olvidé al tiempo, lo mismo pasó con el hambre y
el cansancio. Perdido estaba en tus caderas
buscando a mi presa,siguiendo un rastro confuso.
Adentrándome más y más entre tu anatomía.
Llegué a los confines de tu espalda,
amplia y desierta, que como el mar,
a la Luna reflejaba.
Azorado esperé en silencio.
Algo insospechado esperaba, quizás
que súbitamente te encontrara.
La desesperación llegó a hacerme compañía,
la expulsé con gritos y llantos de la bahía.
Al verme extraviado en tu belleza,
decidí refugiarme de lo intempestuoso de tu carácter,
esperando a que volviera a brillar una sonrisa en el horizonte.
Pasaron así las vidas, buscando y perdiéndome
en tí.
Moría y nacía con el mismo día. Tan rápido era
el cambio que no me permitía aprender
la topografía de tu hermosura. No sabía.
No conocía la extensión de tu, lindura.
Me resigné a extinguir la existencia. Abandonado
en lo más recóndito de un cuerpo ajeno. Caminaba
por tu vientre para llegara tu ombligo y allí
hacer de él una tumba para todas mis esperanzas.
Quería ahogarme en tí y morir con caricias.
Vislumbré a mi presa bebiendo de tu ombligo
y se renovaron mis deseos. De manera sigilosa
me acerqué, ocultándome lo mejor posible.
A pesar de los esfuerzos, me descubrió
y se alejó de manera despavorida.
Rumbo al norte.
Transcurrieron un par de eternidades
antes de acercarme a la guarida de
mi presa. El trayecto fue extenso
y fatigoso. Agotado decidí permanecer
en la cuenca de tus pechos hasta el amanecer.
Veía a mi presa, descansando igualmente
en el acantilado que se forma entre
tus carnosos labios. Entonces me percaté
de que mi presa era un ósculo.
Una conversación entre lenguas silentes.
Mudo diálogo.
SZ


Si me besaras hoy
mis labios te sabrían a limón.
Si me besaras mañana
en ellos chocolate encontrarías.
Pero si nunca me besas
los labios a cobre te sabrían.
Si te besara hoy
mis labios arderían como carbón.
Si te besara mañana
a mis labios de miel bañarías.
Pero si nunca te beso
todos mis deseos se morirían.
Si te acariciara hoy
tendría que pedirte perdón.
Si te acariciara mañana
(siempre)
en los altos cielos flotarías.
Pero si nunca te acaricio
varias estrellas morirían.
Si me acaricias hoy
brillaría como luz neón.
Si me acariciaras mañana
(jamás)
en la vida te arrepentirías.
Pero si nunca me acaricias
los astros se perderían.
SZ

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